01 de Febrero del 2015 | Jaime Escalante
Cuando se inicia un negocio con un capital, se espera que empecemos a añadir al negocio para poder producir.
Después de habernos dicho que Dios nos ha equipado con las cosas que necesitamos para la vida cristiana, también Pedro habla sobre añadir ciertas cosas. Lo que Dios espera es que demos fruto. V. 3 y 4. Dios nos ha permitido compartir su naturaleza y nosotros debemos conformarnos al carácter de Jesucristo.
Participar de la naturaleza divina no quiere decir que nosotros somos dioses, sino que somos participantes del nuevo nacimiento. Lo que dice Cristo en Juan 3:3 (Stg 1:18; 1 Ped 1:23). Pedro nos recuerda que no podremos cambiar a menos que hayamos nacido de nuevo. Si no hay evidencia de cambio en nuestra vida es porque no hemos participado de la naturaleza divina. Y si lo hemos experimentado ahora somos una nueva criatura (2 Cor 5:17).
Una de las filosofías en el tiempo de Pedro decía que no existía ningún Dios a los que ellos tuvieran que dar cuenta. Negaban la existencia del fin del mundo o día de juicio. Y hoy en día hacemos lo mismo. Le decimos a las personas que sí hacen una oración y reciben a Cristo, ya no deben preocuparse de nada.
¿Como participar de la naturaleza divina?:
1. Mediante el conocimiento profundo de Cristo (v.3). (Una relación profunda con el) (Am 3:2). Sólo a través de su conocimiento puedo añadir las virtudes,sólo así me puedo empapado de una relación con Cristo. Mis esfuerzos y mi disciplina no sirven de nada, necesito una unión estrecha. Entender que Cristo es lo más valioso
A través de una experiencia de fe y arrepentimiento. (Mat 7:21-22). «Nunca os conocí» no quiere decir que no sabía quiénes eran ellos, sino que nunca tuvo una relación con ellos. Si no hemos experimentado la fe y el arrepentimiento nunca podemos añadir las cosas de las que nos habla Pedro. Aún entre los discipulos había un Judas, y entre los creyentes hoy en día también puede haber falsos cristianos.
2. Mediante la gloria y excelencia de Cristo. La experiencia de salvación no es algo natural en nosotros, todos estamos muertos en pecado y no podemos responder al evangelio a menos que Cristo nos llame. Mirar su gloria y excelencia nos transforma. La gloria y experiencia de Cristo se experimenta en el llamado del Señor (1 Ped 1:15). Somos hijos de un Rey, debemos vivir como tal. Fue su gracia y su misericordia que nos llamó (Ef 1:4).
También vemos su excelencia moral (1 Ped 2:21-22, 5:10). Los apóstoles fueron transformados porque vieron su gloria (Jn 1:14). Es lo que necesitamos todos los días para seguir cambiando. Para poder agregar virtudes a nuestra vida, necesitamos experimentar la gloria y excelencia de Dios. También se experimenta al ver su majestad (1 Ped 1:21-22).
3. Mediante preciosas y grandísimas promesas. La primera palabra se refiere al valor que tenemos en Cristo (1 Ped 1:19). «Grandísimas» es un superlativo usado para decirnos las virtudes en nuestra vida no las vamos a encontrar en ningún otro lado fuera de Cristo (Col 2:8; 2 Ped 1:17). En Cristo Dios encontró agrado, se agradó del carácter de Cristo.
No debemos estancarnos en la vida cristiana. Pensar que ya no podemos cambiar, perdonar, etc. Sin embargo tenemos la promesa de que Cristo esta en nosotros y podemos ser semejantes a Él.
Porque Dios nos ha hecho participantes de la naturaleza divina, nosotros debemos añadir a nuestra fe.
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