Search
Close this search box.

Atendiendo los asuntos espirituales

Es la primera ocasión que Jesús está en Jerusalén y en el templo. En esta celebración Jesús tendría doce años de edad. Cuando la fiesta se termina, el niño Jesús se queda en Jerusalén más días sin que sus padres lo supieran.

Hay asuntos que debemos atender como personas responsables. Un hijo de Dios no puede reposar con tranquilidad hasta que no se encuentre en los asuntos de su Padre. Luc 2:48-49 La palabra negocios se traduce como «en la casa» o «en los asuntos» de mi Padre. La manera de responder de Jesús re-orienta la angustia de María. Jesús dice «Me es necesario estar», esto habla de algo que su alma anhela. No era un simple sentimiento nacionalista o una celebración anual, estar en la casa de su Padre era una necesidad.

Tres motivos para estar en los asuntos del Padre

1. Por motivos de pertenencia (Luc 2:49)

En los asuntos de «mi» Padre, la casa de «mi» Padre. Estos motivos de pertenencia responden a una empobrecida visión religiosa. La Pascua era una festividad religiosa convertida en una simple tradición. En su respuesta, Jesús nota varias cosas. Una es el descuido de los padres a su hijo. También cuando ellos regresan Jesús se sorprende pues le buscaron en todos los lugares menos en en templo.

Para muchas personas no es deseable el domingo estar en la casa de Dios. Muchas veces también para los creyentes la casa de Dios no representa la bendición que verdaderamente tiene. Y puede ser visto como algo sin relevancia y eso va a afectar nuestra falta de asistencia e interés. Esto probablemente nos dice que tenemos una visión muy pobre en cuanto a los asuntos de nuestro Padre.

Pero en Cristo hemos sido adoptados, redimidos y adoptados, debemos sentirnos parte de Cristo y su obra. Para muchos es como sentirse ajeno en una casa donde se ha vivido varios años. Esa no debe ser nuestra sensación en la casa de Dios.

Al estar con los doctores de la ley disertando con ellos muchas veces nos sorprendemos, pero eso no es nada sobrenatural. Lo que era sobrenatural era el contenido de sus preguntas y palabras, no su edad propiamente sino la sabiduría con la que preguntaba. ¿Por qué Jesús era un niño tan sabio? Pudiéramos pensar que porque era el Hijo de Dios. Sin embargo de manera voluntaria Jesús se auto-limitaba para cumplir la voluntad de su Padre Celestial.

2. Por motivos de piedad

Cuando regresan sus padres y se sorprenden, quizás pensaban que lo iban a encontrar jugando o escondido. Sin embargo Jesús estaba consagrando su vida. Para el Judío era muy especial el templo. En el contexto de Israel no era el ambiente más propicio para una discusión teológica, la nación estaba dividida en cuatro grandes grupos religiosos: estaban los fariseos, saduceos, escénicos y nacionalistas. Pero había un acuerdo, había un respeto al llegar a la casa de Dios. Ningún emperador debía regir en los asuntos del templo

Una mala teología es la base para una mala práctica. Es importante definir una creencia correcta. Y el templo era el lugar que representaba mayor santidad en toda la nación. Cuando los padres de Jesús le reclaman, Jesús responde con respeto pero con firmeza, «Me es más necesario estar en los asuntos de mi Padre».

No debemos ser de tropiezo y desanimar a alguien en las cosas de Dios. Las grandes caídas comienzan en casa. Hay asuntos importantes donde deben estar sus hijos pero no perdamos de vista que la necesidad más primordial son los asuntos espirituales.

3. Por motivos de placer

Respondiendo a un deseo de adorar, un impulso irresistible de estar ocupado en los asuntos del Padre. «Puedo estar haciendo otras cosas pero siento una necesidad irresistible por los asuntos de mi Padre». Algunas personas asistían a la Pascua por tradición, otros por la oportunidad de disertar, otros por intelectualismo, otros por cuestiones políticas, pero los motivos de Jesús era por placer.

Quizás la asistencia a la iglesia no es un asunto primordial para nosotros. No confundamos el fervor a Dios y a su casa con ser partidario a una institución política o religiosa.

¿Qué sucede después de que encuentran a Jesús? (Luc 2:51-52) El regreso a Nazaret fue en quietud. No parece haber resistencia o reclamo por parte de Jesús, simplemente Jesús regresa en una actitud sumisa. María y José no desconocían lo especial que había en Jesús.

Hay hijos que sorprenden, muchas veces por cosas malas y a veces por cosas buenas. Pero María se sorprende de la grandeza espiritual y la gran humildad con la que Jesús se relacionaba con ellos. La sumisión tiene que ver con el respeto que hay en los líderes que Dios ha puesto sobre nosotros.

El ocuparse en los asuntos del Padre es un desafío para cada uno de nosotros.

Compartir

Otros artículos