Muchas veces cuando leemos algunos pasajes que hablan de la persecusión, nos da la idea que eso era para otra época. Pensamos en todos esos grandes hombres de Dios que fueron muertos por el nombre de Cristo, algunos fueron quemados en hogueras, otros, devorados por leones en los coliseos; Y el problema es que comenzamos a ver el llamado de Cristo a sufrir persecusión como algo anticuado. Y esto se debe en parte al tipo de cristianismo en el que hemos crecido.
Me gustó mucho lo que el hermano Héctor García decía hace algunas semanas que estuvo predicando en este lugar. Él decía que la libertad que disfrutamos en nuestro país no es la norma para el cristianismo sino que es la excepción. A veces pensamos que porque nosotros disfrutamos de libertad religiosa y libertar para hablar de nuestra fe, pensamos que así es en todo el mundo. Sin embargo cuando usted mira alrededor del mundo puede ver lo que sucede a aquellos que quieren seguir a Cristo.
The Center for Study of Global Christianity, realizó una estadística donde estima que cada seis minutos, un cristiano ha sido asesinado en el último año. Esta misma institución considera que alrededor de 500 millones de cristianos en el mundo, no pueden profesar su fe de forma totalmente libre (4 veces la población de nuestro país). El director del Centro de Estudios Sobre las Nuevas Religiones subraya que los cristianos son el grupo religioso más perseguido en el mundo. Esta es la misma conclusión a la que llega el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2016, que señala que uno de cada seis cristianos en el mundo vive en países con persecución religiosa.
Cuando vemos el panorama mundial del cristianismo nos damos cuenta que el llamado de Dios a la persecusión no es anticuado ni pasado de moda. Es relevante para los más de 500 millones de creyentes que viven en países hostiles al cristianismo.
Sin embargo esta no es la única razón, sino que también la Biblia nos da un indicativo de que en nuestro andar con Cristo debe venir la persecusión en cierto grado. 2 Timoteo 3:12 «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución». Hermanos, este es un llamado para nosotros. Y esta tarde quisiera que vieramos acerca de la Bienaventuranza de los que padecen persecusión.
1. LA RAZÓN
Queremos ver primeramente el por qué de las persecusiones. Esto es importante porque nuestro versículo no sólo dice que son bienaventurados los que padecen persecusión, sino que Cristo agrega la frase «por causa de la justicia».
El tema de la justicia es muy importante en las bienaventuranzas
Recordemos la estructura de las bienaventuranzas. Hay dos grupos de cuatro, y cada grupo termina con una referencia a la justicia.
Las primeras tres bienaventuranzas tienen el enfoque de un vacío santo. Esto es porque cuando reconocemos que no tenemos nada y no hay virtud alguna para ganar el favor divino, entonces comenzamos a desarrollar él hambre y sed de justicia.
Las siguientes tres bienaventuranzas por el contrario, son descripciones no del vacío sino de la plenitud. Aquel que tiene hambre de justicia desarrolla una vida de misericordia, un corazón puro y un poder para hacer la paz. El resultado de esto es la persecución por causa de esta misma esta misma rectitud.
V. 10-11 «Por mi causa» y «a causa de la justicia» probablemente significan lo mismo. La verdadera justicia no se hace por sí misma. Siempre implican una correcta relación con Cristo.
David Platt: «La definición formal de impacto es: choche contundente entre dos cosas, Dios ha diseñado nuestras vidas para chocar con el mundo».
¿Por qué se persigue la justicia?
Una vida dedicada a la rectitud será perseguida. Te tacharan de religioso, intolerante, de mente cerrada, engañado, etc. Así podemos ver por qué una vida dedicada a la rectitud o a la piedad será perseguida o injuriada. 2 Timoteo 3:12 «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución». Hermanos
• Si buscas la pureza sexual, tu vida será un ataque al libertinaje e inmoralidad del mundo.
• Si buscas el dominio propio. Tu vida será un choque con el estilo de vida auto gratificante.
• Si vives agradecido por lo que Dios te ha dado. Tú vida será un choque con la locura de los excesos y lujos.
• Si vives en humildad delante de Dios, tu vida será un choque contra la soberbia y el orgullo.
• Si eres disciplinado y buscas la excelencia para Dios, tú vida será un choque con la pereza y la negligencia.
• Si desarrollas una mente centrada en Cristo, tú vida será un choque con aquellos que sólo piensan en lo terrenal y viven para el mundo.
2. LA RESPUESTA
Pero la oposición no es la única respuesta que podemos encontrar cuando queremos vivir piadosamente. Jesús nos dice que vivir en justicia es vivir siendo la sal del mundo (v. 13), y vivir reflejando la luz de Cristo (v. 14). Y cuando vivimos la justicia, reflejando la luz de Cristo encontraremos dos respuestas. Jesús profundiza un poco más en esto en Juan 3:18-21.
Las dos opciones son la oposición o la conversión.
Pero qué pasa cuando no vemos ninguna de estas dos respuestas en nuestras relaciones personales. El problema hermanos es lo que Jesús menciona en v. 14-15 El problema es que estamos ocultando la luz del evangelio de la gloria de Dios.
Gal 5:11 «Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz». Muchas veces en nuestras amistades y relaciones personales tenemos la mentalidad de mantener el estatus quo, esto quiere decir, llevar las cosas calmadas. Si tenemos un amigo o un vecino inconverso, preferimos no tocar temas de la Biblia o religión porque sabemos que pude ser ofensivo a las personas. ¿Estamos quitando el tropiezo de la cruz?
Vivimos en una cultura de tolerancia, donde todos respetan las opiniones de los demás y nos amoldamos a esa mentalidad olvidando que el cristianismo debe se un choque cultural con nuestra sociedad.
«No suavices el evangelio, si la Verdad ofende deja que ofenda, la gente ha estado toda su vida ofendiendo a Dios, deje que se ofendan por un momento» – John MacArthur.
3. LA RECOMPENSA
Nuestro pasaje termina enfocando en la recompensa. Y versículo 12 dice: «Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos…». Es interesante que Jesús no nos dice cuál es el galardón (premio), sin embargo si lo describe ¿cómo es este galardón? Es grande.
Jesús no nos dice cuál será la recompensa porque él quiere que actuemos por fe. De hecho esta es la manera de recibir la recompensa confiando que lo que Cristo dice es verdad. O dicho en palabras del apóstol Pablo: «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse» Ro 8:18.
Esta es la manera en la que los grandes hombres de fe vivieron, y por eso son exaltados en Hebreos 11. «Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Jesús sabe que la recompensa del cielo compensará a cualquier sufrimiento que debamos soportar en el servicio de Cristo. Alégrate y gózate, y vive para la eternidad.
John Piper dice, según la evidencia Bíblica podemos notar «que cuanto más se pruebe su fe a través del sufrimiento, mayor será su recompensa. Y cuanto mayor es el sufrimiento, mayor será la recompensa que recibirá en el cielo».
Paul Washer dice: «La persecusión siempre tiene como propósito el mal, pero la intención de Dios siempre es para bien».
Leonard Ravenhill: «Sólo cinco minutos dentro de la eternidad y cada uno de nosotros habra deseado que nos hubiésemos sacrificado más, orado más, amado más, sudado más, llorado más por Cristo».
Jim Elliot fue un misionero que murió en manos de la tribu auca en Ecuador. Antes de morir él dijo: “No es un tonto aquel que da lo que no puede retener para ganar lo que no puede perder” Jim Elliot (1927- 1956).