23 Febrero del 2014 | Romanos 1:18-3:20 | Ernesto Mendoza

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Estamos vendo Romanos, Pablo dice que las misericordais de Dios (12:1) nos va a motivar para vivir en santidad. Las misericordias de Dios las encontramos en los primeros 11 capítulos de Romanos. Vimos la primera mitad del capítulo 1 en donde Pablo explica que las misericordias de Dios tienen que ver con el evangelio. Lo que Cristo hizo en la cruz. Pero ahora va a continuar desde 1:17-3:20 hablándonos acerca de la depravación total y la condenación total.

¿Cómo comienza usted con alguien a quién le está compartiendo el evangelio? Normalmente comenzamos con las malas noticias. Y quizás uno de los primeros versículos que utilizamos es este: «Romanos 3:23». Pero algo que debemos entender es que este versículo es una conclusión lógica de lo que Pablo ha venido diciendo desde capítulo 1. 3:9-12,18-20, 23. Todos somos pecadores, estamos en condenación total y bajo la santa ira de Dios. Nos hemos rebelado contra Dios y hemos quebrantado su ley. Estamos bajo condenación porque Dios aborrece el pecado.

Vamos a ver tres grupos de personas que están bajo condenación por su rechazo a Dios.

I. Aquellos que a pesar de tener la revelación general, rechazan a Dios (1:18-32).

¿Qué pasa con aquellos que nunca han escuchado el evangelio? ¿Es Dios injusto si condena a alguien que nunca supo de Jesús?. Piense en todos esos grupos y etnias que nunca habrán escuchado el nombre de Jesús, y mueren y se van al infierno.

Pablo nos va a hablar de la revelación general. Es una revelación a la que todos tienen acceso. No importa que se encuentre en el lugar más recóndito de la tierra usted puede ver la naturaleza y darse cuenta que hay un Dios. Podemos ver su eterno poder, y deidad. Hay un Dios con un poder superior.

¿Pero qué hace el hombre? V. 18, 21-23. Rechaza la revelación de Dios, porque no le gusta el Dios al que esa revelación lo conduce. Piense en los aztecas, mayas, egipcios, etc. Todos ellos adoraban a la luna, al sol y a las estrellas. ¿Cómo sabían que tenían que adorar algo? porque la naturaleza misma les dice que hay un Dios.

Sabemos que Dios existe y que él nos exige devoción total, pero preferimos hacer nuestra propia religión. Una religión que no me demande nada. Puedo cumplir con venir el domingo y seguir viviendo mi vida. ¿Por qué cree que hay tan pocas personas el domingo por la tarde? porque sólo viven una religión. Porque se han hecho un Dios al que ellos pueden adorar.

¿Por qué a muchos les gusta el catolicismo? Porque puedo ir a misa, cumplir con los sacramentos y vivir mi vida como yo quiera (borracho, muejeriego, etc.). Pero nosotros aunque no somos católicos, a veces parecemos bautistas católicos. Voy a mi religión dominical, pero sigo vistiendo como el mundo, hablando como el mundo, escuchando la música del mundo, viendo las cosas del mundo.

¿Cuál es la evidencia de que las personas han rechazado a Dios? Que Dios los ha entregado a sus propios deseos.

A. Dios los entrega a la idolatría (1:24-25).
B. Dios los entrega a la depravación sexual (1:26-27).
C. Dios los entrega a la depravación mental (1:28-32).

Hermanos, miremos a nuestro alrededor. Todo es evidencia de que a pesar de que las personas tienen la revelación general de Dios, lo han rechazado.

II. Aquellos que a pesar de tener la ley de Dios en sus corazones, rechazan a Dios (2:1-16).

Hay personas que quizás no están entregadas a la idolatría, la inmoralidad o la depravación mental. Hay personas que viven vidas buenas. ¿Qué de aquellas personas que son buenas y hacen obras de caridad? ¿No sería injusto que Dios los condenara también a ellos?

v. 14-15 – Nadie le tiene que decir a alguien que matar es malo, para que esa persona sepa que es malo. Hay algo en el corazón que nos dice que hay cosas buenas y hay cosas malas. Pero a pesar de saber lo que es bueno y lo que es malo, siempre escoge lo malo. Dios puso su ley en el corazón de todo ser humano, para que se diera cuenta que no puede ser perfectamente bueno y que necesita a Dios.

Ninguna persona, por muy bien que se porte puede cumplir perfectamente las demandas de Dios (Mateo 5:48). El propósito de que Dios le diera una ley al pueblo de Israel, no era para que se salvarán, sino para que entendieran que los estándares de Dios son tan altos que nadie puede cumplirlos. Para que se dieran cuenta que necesitaban un Salvador.

A. Primero nos dice Pablo que habrá un juicio en donde se evaluaran las obras (2:6-11).
B. Los que pasarán este jucio, son aquellos que hacen la ley (2:12-15).
Pero nadie puede cumplirla, aunque los judíos la tienen y los gentiles también la tienen en sus corazones.
C. La medida que Dios va a usar será Jesucristo. El Señor pesara nuestras vidas en base a la vida de Jesucristo no en base a las obras buenas y malas.

2:1-5 Había personas en la iglesia en roma, que estaban escuchando este mensaje de la carta de Pablo y se creen buenas personas porque ellos no hacen como estas personas hacen. V. 3 dice «y haces lo mismo», no se refiere a la inmoralidad, sino que ellos también rechazan a Dios.

Una ocasión escuché a una persona decir: «pues yo no soy muy religiosa, pero soy una buena persona». Alguien más dijo: «Pues yo trato de portarme bien, cuando lleguemos al cielo Dios va a pesar en una balanza las buenas obras y las malas, y si pesan más las buenas, voy a entrar al cielo».

III. Aquellos que a pesar de tener la palabra de Dios, rechazan a Dios (2:17-3:8).

A pesar de que los judíos tenían la revelación especial y que Dios les había dado su ley, ellos también rechazaron al Señor. A pesar de que condenaban muchos pecados, ellos practicaban lo mismo. Cristo mismo les dijo que ellos estaban a la entrada de reino, pero no entraban ni dejaban entrar a otros. Nosotros también podemos condenar otros pecados y en nuestra vida personal practicar lo mismo.

V. 24 – Este estilo de vida hace que los no creyentes blasfeme el nombre de Dios. «Me invitas a tu iglesia pero mira tu vida», «me dices que tu Dios me puede ayudar, pero veo como te peleas con tu esposa y tus hijos rebeldes». Pablo aclara que en realidad las personas que viven un estilo de vida mundano, es porque nisiquiera son verdaderos creyentes. (2:25-29) Un verdadero creyente ha experimentado un cambio profundo en su corazón.

CONCLUSIÓN

La conclusión de Pablo y la nuestra está del 3:9-20. Note las veces que dice «no hay» y «todos». No hay nadie bueno, todos están condenados por causa del pecado, no importa si nunca ha escuchado de Cristo, no importa que sea una buena persona, no importa incluso si tiene la ley. Todos rechazamos a Dios. La fe es una obra sobrenatural de Dios que nos es dada gratuitamente por la obra de Cristo en la cruz. Es ahí a donde Pablo nos quiere llevar en los próximos versículos.

Y no es sino hasta que entendemos el contexto oscuro de rebeldía y pecado de nuestras vidas, que podemos apreciar la gloria de la obra de redención y justificación a través de Cristo, para todos aquellos que creen, porque todos hemos pecado.


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