En nuestro pasaje de hoy encontramos al patriarca Abram en una situación similar. Podemos ver el problema de Abram: versículo 10 nos dice que hubo hambre en la tierra. Y no solamente nos dice que hubo hambre en la tierra, sino que nos dice que el hambre que había en la tierra era grande. Quizá usted y yo hemos pasado por situaciones de escases pero nada comparado con lo que esta pasando.

Nos podemos imaginar quizás ciertas conversaciones entre Abram y Eliezer, su mayordomo. Abram le pregunta a Eliezer por la condición de su ganado. “Bueno, señor, murieron otras cinco vacas hoy. Es que no hay ni agua que beban ni pasto para que coman. La situación está muy mal ahora.”

Es curioso, ¿por qué habia hambre en la tierra a la cual Dios acaba de llamar a Abraham? Podríamos pensar que todo iba a ser bonito y tranquilo. Pero no fue asi. Hubo hambre en la tierra donde Dios queria a Araham porque es una prueba de fe. Cada vez que enfrentamos situaciones difíciles en el lugar donde Dios nos ha puesto, es porque Dios esta probando nuestra fe.

“¿Pero que podemos hacer? Si esto sigue pronto estaremos todos como esas pobres vacas. Eliezer, ¿que sabes en cuanto a Egipto? ¿Cómo están las cosas allí? Solamente estamos a unos días de viaje de Egipto. “Señor, he escuchado que no hay escasez allá. Podríamos ir allá. Entonces podríamos salvar el ganado.”

Entonces es que Abram toma una decisión, pero es una decisión tomada por temor actuando por temor. Es una decisión muy lógica. Su familia está perdiendo mucho ganado y mucho dinero. Necesitan proteger sus intereses económicos. Y la decisión se hace. Abram desciende a Egipto.

¿Cual era el problema con esta decisión? Abraham pudo haber argumentado que lo hacía por motivos correctos. El problema es que no era la voluntad de Dios (Gn 26:1-2). Abraham no tomó tiempo para buscar al Señor y preguntar ¿Cuál es tu voluntad? él simplemente se vio presionado y actuó de acuerdo a lo que le convenía económicamente. Alguien dijo: «La voluntad de Dios nunca te llevará a donde su gracia no te pueda sostener». En una ocasión alguien me dijo, no importa que sea el mejor lugar, si no es la voluntad de Dios sera como el infierno, tu trabajo, tu matrimonio, tu carrera. Pero no importa tampoco que sea el peor lugar del mundo, si es la voluntad de Dios, será el mejor lugar para ti. Abraham dudó de Dios y su promesa, y toma decisiones en base a lo que le conviene económicamente. Y la realidad es que a veces lo que nos conviene económicamente no nos conviene espiritualmente.

Pero hay un pequeño problema para Abram. Los egipcios y los caldeos nunca se habían llevado bien. Sarai su esposa era muy, muy bella. Y como hombre sin protección y sin posición, Abram sería facil blanco para los asesinos. Cuando Abram empieza a aproximarse a Egipto, empieza a escuchar ciertos rumores acerca de los egipcios. Abram escucha que a los egipcios les gustan las mujeres bellas. Eso no es de sorprender. Eso es verdad con todos. Pero lo que es peor es que no son muy honorables. Si les gusta tu esposa, no tienen ningún problema con deshacerse de ti y tomarla. El dilema para Abram es que hay peligro. Y no debemos de malentender este peligro. Era un peligro serio. Abram está entrando a Egipto por primera vez en su vida.

Para enfrentar ese problema Abram busca una solución, él decide mentir. La solución le parece buena. Les dice que es su hermana, y de esa manera Abram no sería un estorbo. Eso le dará un poco de tiempo. Mientras que el egipcio intenta cortejar a Sarai, pueden esperar hasta que pase el hambre en la tierra. Luego se van y no hay problema.

Abraham comienza a confiar más en su astucia y habilidad que en el poder de Dios. Y no sólo pecó él, sino que también tento a pecar a su esposa. Y no sólo su esposa, sino que también su hijo haria lo mismo (Gn 26:1-2, 6-7)

Aunque parece que la mentira solucionaria el problema, solamente le va a meter en más problemas. La mentira agrava los efectos del pecado. Cuando mintió, su problema no se hizo más fácil de resolver, sino más complejo.

Como Abram había pensado. Los egipcios notan que Sarai es bella. Y es tan bella que pronto llega un hombre que quiere cortejar a Sarai. Faraón mismo quiere que Sarai sea su mujer. El manda que traigan a Sarai a su palacio a ser parte de su harén. Y ahora mira la situación en que se ha metido Abram.

Su vida está al borde de un precipicio. Considera lo que Abram ha hecho.

Empezó tomando decisiones basadas en lo económico. ¿Qué me conviene económicamente? Toma esa decisión basada en lo económico, y luego tiene que mentir.

Sacrifica su integridad, su honestidad delante de los que le rodean. ¿Por qué? Porque tiene miedo. Tomando estas decisiones él sacrifica no solamente su integridad…

… sino también su testimonio. Llegará el momento cuando todos sabrán lo que Abram ha hecho. No le respetarán. Este gran siervo de Dios mintiendo como un vulgar pagano. Pero no solamente ha puesto su prioridad en lo económico, no solamente ha sacrificado su integridad sino también a su familia. Su esposa está en el palacio y Abram no tiene esperanza de sacarla de allí. Si Abraham quiere decir la verdad ahora no podra ya que lo podrían matar por traicionar al Faraón. Abram ha destruido su familia.

Abram también está a punto de destruir su participación en el plan redentor de Dios. Piénsalo. Dios le acaba de prometer que en él, todas las naciones serán benditas. ¿Cómo es eso? A través de Cristo. Y Sarai iba a ser la madre de Isaac. Isaac sería el padre de Jacob. Jacob sería el padre de los 12 patriarcas y de Judá en particular. Judá sería el ascendiente de David. Y de David nacería el Mesías, el redentor del mundo. Lo que Abram ha hecho es arriesgar el plan que Dios tiene, no solamente para él personalmente, sino el plan de Dios de salvar la humanidad. Ya no hay esperanza para el futuro del hombre. No hay salvación.

¿Cómo cree que se sentía Abram? Gen 12:16

Abram verdaderamente está al borde de un precipicio. Está a punto de desplomarse y caer al vacío. ¡Que tremenda situación!

¿Cómo es que un hombre de Dios pueda llegar a una situación tan espantosa? ¿Sabes como Abram llegó a esta situación? Veamos lo que ocurre en vv. 7-9. Dios llama a Abram a Canaán. Dios le promete esa tierra. Y en Betel, dentro de la tierra prometida por Dios, Abram establece un altar y adora a Dios. Es interesante notar que Betel significa “casa de Dios.” Bet es casa en el Hebreo. El significa Dios. Pero luego dice que desciende al Neguev, que es un desierto al sur de Canaán. Y luego motivado por el hambre, desciende a Egipto. ¿Cómo es que Abram llega a Egipto y encontrarse en una situación espantosa? Abram dejó de andar con Dios.

Y CUANDO DEJAS DE ANDAR CON DIOS, ANDAS AL BORDE DEL PRECIPICIO.

Aplicación: Hay personas que están aquí en esta mañana que están al borde de un abismo. Su vida está a punto de ser arruinada. Quizás estás aquí y has seguido los pasos de Abram. Has sacrificado tus prioridades. Has puesto lo económico antes que tu relación con Dios. Tu trabajo, tu carrera, ha tomado el primer puesto. Estás tan ocupado que no tienes tiempo de adorar a tu Dios. Ya no puedes ir a Betel. Y no estoy hablando de que no vas a la iglesia. Sino que tu corazón ha dejado de ser un altar y de adorar a Dios. En tu corazón ya no reina Dios. Has puesto tus prioridades en tu carrera, en tu trabajo, en tu comodidad, en una persona, en una relación. Dios ya no reina en tu corazón. Y amigo, cuando no andas con Dios andas al borde del precipicio.

Es posible que usted haya sacrificado su integridad. Usted busca beneficiarse y ha mentido a su jefe o a sus compañeros de trabajo. Has mentido a tu esposa. Les has mentido a tus hijos. Estás robando en tu trabajo. Has sacrificado tu integridad.

Quizás delante de tu familia y de tus amigos, has sacrificado tu testimonio. Ya no puedes hablarles de Cristo. Ya no puedes testificar. Ellos saben cómo eres de verdad.

Hay personas que están aquí, que por ganarse un peso, por estar más cómodos, están sacrificando sus familias.

Hay personas que han sacrificado su participación en el plan de Dios.

Hay personas que están aquí que han limitado su habilidad de participar en la obra de Dios porque sus prioridades están mal, no tienen honestidad, no tienen testimonio. Y no tienen participación en la obra de Dios.

Y ¿cómo llegaste a ese punto? Dejaste de andar con Dios.

Desde el principio de la historia de la humanidad, el hombre dejó de caminar con Dios. Su relación se rompió cuando decidió que sus intereses y prioridades estaban por encima de Dios.

Hubo un tiempo en tu vida que participabas en la obra de Dios gozosamente. Tu corazón adoraba al Señor. Tu vida era un altar de olor grato al Señor. Había vida y energía espiritual. Vivías en Betel. Pero te apartaste de tu Dios. El fervor que encendía tu altar se apagó. El vigor espiritual menguó. Y ahora te encuentras al borde de un precipicio. Te tambaleas. El viento te empuja. Satanás te arrastra. Tienes un pie sobre el vacío. Y todo comenzó cuando dejaste de andar con Dios.

Pero gracias a Dios, la historia no termina con un Abram soltero. No termina con Sarai casada con el Faraón. Y dices, pero si la situación era tan desesperada, ¿cómo se escapó?

(Gen 12:17) Más Jehová. Allí encontramos la salida. Abram se merecía que Sarai se casara con Faraón. Pero Dios interviene. Los nombres de Dios en el AT son muy importantes a la hora de interpretar. Y me es interesante que el nombre que es usado aquí es el nombre Jehová. Eso es el nombre personal de Dios. Y ese nombre está estrechamente ligado con su fidelidad al pacto y a su pueblo. Dios acaba de establecer un pacto con Abram y Abram ya ha sido infiel. Pero Dios sigue siendo fiel. Y esta es otra gran lección que Abram aprendió y que tú debes entender.

CUANDO DEJAS DE ANDAR CON DIOS, DIOS NO DEJA DE ANDAR CONTIGO.

La Biblia nos dice que cuando nosotros somos infieles El permanece fiel (2 Ti 2:13). Cuando nosotros le abandonamos, El nunca nos abandona. Dios sigue buscando pecadores quebrantados por el pecado. Dede la entrada del pecado al mundo, la humanidad a caido en una condición desesperada de perdición. Y Dios sigue buscando.

Y en esta situación Dios protege a Abram y le rescata. Dios manda las plagas a afligir a la casa de Faraón.

Aplicación: Y hermano, es posible que hayas sacrificado tus prioridades, tu integridad, tu testimonio, tu familia, y tu participación en la obra de Dios. Pero lo gran verdad es que Dios sigue andando contigo. Tú le abandonaste. Pero El sigue contigo. El sigue obrando. Quizás tu familia, tu integridad, tu habilidad de servir a Dios están destrozadas, pero puede rescatarte. No importa cuan negra sea tu condición.

Faraón aparentemente se entera que Sarai es la esposa de Abram. Y llama a Abram a que venga a hablar con él.

También me es interesante el contraste que hay entre Abram y Faraón. Abram sacrifica su integridad, mientras que el Faraón demuestra gran integridad. Faraón no se queda con Sarai. Podría haber dicho, “bueno, pero me dijo que era su hermana. Si me caso con ella, es culpa suya.” Pero no lo hizo porque estaba mal. Faraón podría justamente haber castigado a Abram, pero no lo hizo. Le perdona. Y cuando Abram es despedido, aparentemente Faraón no le quita todas las cosas que le había dado a Abram. Sino que Abram y todo lo que él tenía son escoltados fuera de Egipto.

¿Qué vergüenza, verdad? ¿Te imaginas lo que Abram está pensando en estos momentos? Tú que eres el gran patriarca, el gran héroe de la fe. Y un rey pagano te ha llamado la atención.

Ahora hay una cosa más que quiero que notemos. Alguien podría decir, Bueno pero al fin y al cabo, no le salió tan mal. Fue a Egipto, Faraón le dio un montón de regalos. Al final se queda con los regalos y nada más sufre algo de vergüenza. Y al fin y al cabo, si Dios va a protegerme, pues ¿por qué preocuparme? Hago lo que está mal, y Dios me cuidará.

Y es verdad que cuando dejas de andar con Dios, Dios no deja de andar contigo. Dios te protegerá. Pero no pienses que siempre es así. Nada más tenemos que leer unos capítulos más adelante para saberlo. Lot deja de andar con Dios. Se va a vivir a Sodoma. Dios le llama la atención cuando es llevado cautivo. Dios no le abandona y usa a Abram para rescatarle. Pero Lot insiste en no andar con Dios. Vuelve a Sodoma. Sigue viviendo allí. Al final de la historia ha sacrificado sus prioridades, su integridad, su testimonio, su familia, y su participación en la obra de Dios. El cayó al vacío. Hermano, no pienses que puedes abusar de la misericordia y la gracia de Dios. Dios no será burlado. «no recibáis en vano la gracia de Dios» (2 Cor 6:1). Si insistes en vivir tu vida lejos de Dios, sera para tu propia ruina.

Entonces, ¿cuál es el propósito de que Dios siga siendo fiel? Mira lo que dice el capítulo 13. Recordamos que antes Abram había descendido de Betel, al Neguev, a Egipto. Ahora Abram viaja desde Egipto, al Neguev, a Betel. ¿Qué hace en Betel? Invocó el nombre de Jehová.

CUANDO DEJAS DE ANDAR CON DIOS, DIOS QUIERE QUE VUELVAS A ANDAR CON EL.

Eso es el propósito de su fidelidad. Eso es porque Dios no te deja. El busca, El anhela que tú desarrolles una comunión con El.

Aplicación/Conclusión: Si como pueblo de Dios vamos a conocer un avivamiento será cuando cada uno de nosotros volvamos nuestros corazones a Betel. Cuando cada uno de nosotros construyamos altares en nuestros corazones. Aunque nosotros hayamos dejado de andar con Dios, Él no nos ha dejado a nosotros. Aunque hayamos llegado hasta el borde del precipicio, Dios no nos ha abandonado. Sin duda, Dios está interviniendo en tu vida para rescatarte, para evitar tu gran destrucción y ruina. Pero, hermano, recuerda que Dios te muestra su misericordia para que vuelvas a andar con Él. ¿Regresarás a Dios? Él te está llamando. Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías 55:1-3 “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.”

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