La desilusión y el desánimo no es algo raro en los líderes cristianos, y ciertamente tampoco es raro en la vida de los hermanos fieles que aman a Dios con todo su corazón. Cuando menos nos damos cuenta estamos enfrentando la desilusión y el desánimo.

Quisiera que seamos consolados por medio de la escritura. De repente estamos comprometidos con el Señor y pensamos que jamás vendrá el desánimo, pero cuando nos damos cuenta, nos encontramos en una situación que no entendemos. Y lo primero que preguntamos es ¿Por qué a mí? Jamás pensé que en mi caminar cristiano yo iba a enfrentar la desilusión.

Dios quiere que aprendamos cosas importantes en medio del desánimo, porque es ahí dónde nos daremos cuenta dónde está verdaderamente nuestro tesoro y confianza. Viene a revelar en dónde está el deseo de nuestras almas, si realmente nuestra confianza está con el Señor.

Esto es importante porque en el desánimo tendemos a olvidarnos que Dios es bueno y soberano. Es ahí donde comenzamos a ser confrontados con la idolatría de nuestro corazón. ¿Cuáles son las desilusiones de tu vida? ¿Cuáles son tus sueños sin cumplir? Quizá estás tan angustiado, y derramas tus lágrimas porque parece que no tienes esperanzas.

En Elías tenemos un hombre que deseaba algo verdaderamente bueno y piadoso. Él tenía un sueño, pero no pudo cumplirse, al menos no a su manera. La historia de Elías se trata de cuán bondadoso, compasivo y misericordioso es Dios. Esta predicación se trata del Dios de Elías.

1. Aún el creyente que cree en la soberanía de Dios puede olvidarse de quién es Dios en tiempo de desilusión (1 Rey 19:4)

Este profeta Elías acaba de recibir un mensaje de Jezabel, después de un capítulo donde Elías presenció la obra majestuosa de Dios enviando fuego sobre el altar y testificando que verdaderamente Jehová es el Dios de Israel. Pero inmediatamente de esa gran historia, Elías recibe una carta de amenaza de muerte por parte de Jezabel.

¿Cuál debería ser la reacción de Elías? Quizá esperaríamos un Elías valiente que enfrentaría a Jezabel. 1 Rey 19:2-3 El nombre de Elías significa “El Señor es mi Dos”. La gran mayoría de los comentaristas no entienden lo que está pasando con Elías en ese momento y comienzan a atacarlo. Pero no creo que Elías esté siendo cobarde, sino que él es un hombre decepcionado del profundo anhelo que tenía para su vida, y cuando ve que no se va a cumplir, entonces se desilusiona y se cae en pedazos.

¿Cuál es el sueño que lo está llevando a desilusionarse y por lo cual desea perder la vida? 1 Reyes 19:9, 14 Elías quería que un avivamiento viniera al pueblo de Israel, que el reino de Dios fuera restaurado, que Dios fuera glorificado en medio de fuego y viento, y que todo Israel adorara al Dios vivo y verdadero. Cuando recibe la amenaza se da cuenta que su sueño no se va a cumplir, ya que el pueblo quería seguir adorando a los dioses paganos.

¿Qué hombre puede tener un sueño tan piadoso? Hay un desánimo que puede venir a los fieles, y cuando esto viene, Dios quiere enseñarte en dónde está puesto tu corazón. Este sufrimiento no es en vano, Dios quiere mostrarte la idolatría en tu corazón.

2. En medio de la desilusión podemos sucumbir ante la idolatría

A Elías se le había olvidado que él también tenía que vivir ese mensaje. Elías tenía una idolatría en su corazón. Aquí vemos una depresión teológica, no psicológica; Se le estaba olvidando aplicarse ese mensaje a su vida. ¿Qué es lo que Dios le hace a Elías? 1 Rey 19:11-13 Dios pasa delante de Elías, así como lo hizo con Moisés, él quería mostrar su gloria.

Es como si Dios le preguntara: “¿Tú quieres ver mi gloria a través de terremotos, fuego o viento?, pero Dios no está en ninguno de Ellos. Dios le está diciendo a Elías que él va a trabajar a su manera y no a la manera de Elías. Dios le habla de una manera en la que Elías no estaba esperando.

1 Rey 19:15-16 Elías iba a ser sustituido y Elíseo tomaría su lugar. Su ministerio había acabado. Esto me recuerda a la historia de Moisés y Dios. El Señor le muestra la tierra prometida, pero le dice que él no va a entrar, porque no es a su manera sino a la manera de Dios.

Jim y Elizabeth Elliot tenían un vivo deseo por Ecuador, él fue asesinado casi inmediatamente de llegar a aquel país. El Señor deseaba obrar a su manera.

Así el Señor debe obrar en nuestro corazón para mostrarnos que no es a nuestra manera ni en nuestros tiempos. Él debe comenzar a destruir los ídolos en nuestra vida para que él pueda ser el todo en nosotros y que nuestro gozo pueda estar completo.

Elías predicaba un mensaje contra la idolatría, y Dios no iba a permitir a Elías que no viviera su mensaje, para que su oración fuera como la oración de Jesús quien dijo: “Pero no sea haga mi voluntad sino la tuya”.

Dios quiere mostrarle su gloria (1 Rey 19:11-13). Elías estaba tan desilusionado que cuando pasa Dios delante de él, Elías cubre su cara para no ver la gloria del Señor. Lo único que él quería era morirse. Aquí termina el testimonio de Elías.

3. Aunque las cosas no sucedan a nuestra manera, podemos estar seguros que lo que Dios está haciendo en nuestras vidas es para nuestro bien final.

2 Reyes 2:9-11 Dios no ignora el profundo deseo de sus siervos. Elías deseaba ver la gloria de Dios en viento y fuego y así fue como Dios se lo llevó al cielo. Dios no deja a sus hijos desamparados en el campo de batalla. Él conoce tus anhelos, y no pienses que no le importa. Él conoce tus necesidades, cada lagrima, sufrimiento y anhelo frustrado, para Dios no son indiferentes, a él le importan.

Elíseo deseaba una doble porción del Espíritu de Elías, y él le dice que el único requisito es que él pudiera ver cuando Elías fuera arrebatado. Y creo que la razón es que, de esta manera, Elíseo podría contar cómo Elías había sido arrebatado al cielo para que cuando otros lean este pasaje, las personas sepan cuan bondadoso y amoroso es el Señor.

Aunque no entendamos lo que está pasando en nuestra vida debemos estar seguros que él está obrando para nuestro bien,

La gloria de Dios ha de ser entendida de una manera perfecta y completa en la persona de Cristo. El evangelio es cien por ciento cristocéntrico, y Dios le va a mostrar a Elías su gloria en la persona de Cristo.

4. Espera en Dios, porque las cosas que él da son mucho más abundantes de lo que podamos pedir.

Más tarde vemos nuevamente a Elías caminando en la tierra. Lucas 9:28-31 Elías había cubierto su rostro de la gloria de Dios, y tiempo después, Dios le llamó y le mostró algo. Le llevo al monte y vio cara a cara al Salvador de toda la tierra; y cuando lo vio cara a cara, él pudo comprender Dios no solo quería mostrar su gloria en la nación de Israel, sino en cada tribu, pueblo, lengua y nación.

No sabemos qué le habrá dicho el Señor después de regresar al cielo, pero seguramente era mucho para Elías el poder ver tanto de la gloria de Dios. Ese anhelo Dios se lo multiplicó como un millón de veces, porque sus caminos no nos nuestros caminos, ni nuestros pensamientos sus pensamientos.

El Señor va a derribar los ídolos de nuestra vida para que dejemos de atesorar las cosas y lo atesoremos solamente a él.