16 de Noviembre del 2014 | Proverbios 10 | Héctor García
La filosofía de hoy dice que si tienes un buen cuerpo debes mostrarlo. Si tienes una mente brillante debes demostrarla. Por alguna razón esta filosofía se ha trasladado al cristianismo. Es muy común escuchar de cristianos que hablan de cuánto dan, cuántos ministerios tienen, cuánto oran o ayunan.
Jesús se va a enfocar en personas que eran reconocidas por la oración, el ayuno y las limosnas. Los fariseos mostraban una justicia externa. Todo el sermón del monte habla de la justicia del corazón contra la justicia externa. Este pasaje habla de la justicia de un ciudadano del Reino y el estándar lo vemos en Mat 5:48. Jesús va a presentar una justicia diferente a la que se ha estado enseñando, una justicia que no se vivía por show.
«La justicia sincera se hace para Dios y no para los hombres».
1. Debemos ser justos (Mat 6:1).
No es la práctica de la justicia lo que Jesús está condenando. Debemos hacer cosas buenas pero debemos hacerlo con el motivo correcto. Cuando Jesús hace un llamado a no practicar la justicia para ser visto de los hombres habla de motivación. Esto no es una licencia para pecar mientras no seamos hipócritas. Algunos dicen «no soy perfecto pero al menos no soy hipocrita», y creen que esto les da motivo para hacer lo que quieran.
Los fariseos estaban haciendo cosas justas. Nadie puede negar que es bueno dar limosna, orar o ayunar. El problema no era lo que hacían sino la motivación, el corazón. Si ellos tuvieran dos audiencias: Dios y los hombres, siempre escogería a los hombres. Porque las cosas se hacen por show, o exteriormente.
Jesús quiere que seamos justos, santos, que le sirvamos, que leamos nuestra Biblia, que oremos, pero quiere que lo hagamos de corazón.
2. Debemos cuidar nuestras motivaciones.
En capítulo 5 Jesús acaba de hablar de algunos mandamientos de la ley, cuestiones sobre el asesinato, el adulterio, el divorcio. Eran cosas que los fariseos no practicaban pero Jesús lleva esos mandamientos al corazón. «Oísteis que fue dicho… Pero yo os digo» (Mat 5:21-22; 27-28). Mt 6:1 «Guardaos» nos habla de estar constantemente en vigilancia, resguardado el peligro de mostrar nuestra justicia de manera hipócrita. En Gal 2:11-12 Pablo confronta a Pedro por su actitud hipócrita.
¿Por qué sería tan importante para alguien agradar a otros y no a Dios? Nunca podemos agradar completamente a las personas. La justicia sincera se vive para Dios y no para los hombres.
3. Dios no está impresionado con su show (Mat 6:4, 6, 18).
La frase «en público» no aparece en el texto original. Esta frase está creando un contraste ¿En dónde está nuestro tesoro? ¿en el reconocimiento humano o en Dios? La recompensa de los que viven en su propia justicia han recibido los aplausos de los hombres como su recompensa. «Donde esté nuestro tesoro ahí estará nuestro corazón».
Muchas veces los creyente pasan por luchas y pecados pero por el temor al qué dirán no lo han compartido con un hermano o el pastor. No importa el qué dirán, necesitamos vivir nuestra vida para Dios.
«La justicia sincera se hace para Dios y no para los hombres». Que el Señor nos ayude a vivir para Él.
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