11 de Enero del 2015 | Ernesto Mendoza
A menudo encontramos personas que se encuentran muy entusiasmadas por la iglesia o el cristianismo pero no desean realmente seguir a Jesús. Son esa clase de personas que vienen por un tiempo pero después no las volvemos a ver. Es como el terreno que Jesús explicó en la parábola del sembrador.
Quizá pudiéramos preguntarnos ¿qué clase de mensaje quería dar Jesús a este hombre? porque vemos cómo es que venía emocionado pero lo paró en seco, y lo hizo regresarse triste. ¿Qué clase de evangelización es esa? El jóven era el blanco perfecto para el evangelismo. Estaba dispuesto a firmar la tarjeta, a levantar la mano, pasar al frente. No habría manera de que se fuera sin recibir la vida eterna. Pero lo hizo. En lugar de que Jesús le guiara a una oración o una decisión, le presentó el evangelio en términos que el jóven no estuvo dispuesto a someterse. Literalmente Jesús lo hizo huir. ¿Qué clase de evangelización es esa? Jesús hubiera reprobado todos los cursos de evangelismo personal de nuestros días. Lo que queremos no es alejar a las personas sino atraerlas a la iglesia ILUSTRACIÓN: Consejería en la otra iglesia ¡Falso! Muchos de nosotros acusaríamos a Jesús por su metodo de alejar a las personas. ¿Será que Jesús está mal? o ¿será que nuestro método de evangelismo son los incorrectos? Hoy en día se anima a las personas a hacer una decisión, a recibir a Jesús en su corazón, a repetir su oración de fe. ¿Qué tenemos? personas que creen que son salvas pero siguen amando al mundo, amando sus placeres, amando la riqueza.
El mensaje que Jesús quería dar a este jóven está en Lucas 14:33 «Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo». (Luc 14:33)
El propósito en la evangelización es llevar a las personas al punto que sientan su necesidad de salvación.
Jesús sometió a prueba a este jóven. ¿Vería a Cristo como algo por lo que vale la pena dejarlo todo? ILUSTRACIÓN: El jóven y su novia. Tenía que escoger entre sus posesiones y Jesucristo. Y fracasó. No importa lo que creyera o lo que tuviera, la salvación es para los que están dispuestos a renunciar a todo para seguir a Cristo.
I. Lo bueno del jóven rico
1. Tenía la motivación correcta.
¿Qué buscaba este jóven? La vida eterna. El sabía lo que tenía pero entendía también lo que le hacía falta. No había nada equivocado en su motivación. Él se daba cuenta que la vida espiritual era más importante que todas sus riquezas.
Él era jóven (20), rico (22), pero Lucas 18:18 nos da otra característica «principal». Era un dirigente de la sinagoga. Lo tenía todo, religioso, devoto, honesto, jóven, rico, eminente y muy respetado. Sin embargo era un hombre turbado. Ni su riqueza, ni su religión podía darle la paz, el gozo y la esperanza que su alma necesitaba. Llegó a Jesús porque se había dado cuenta que le faltaba algo: La vida eterna.
Biblicamente la vida eterna no es sólo el vivir para siempre, sino que es una calidad de vida. No quiere decir tanto duración sino calidad (17:3). No sólo es vivir para siempre, sino vivir en una relación con el Dios vivo y verdadero, una comunión sin fin.
Y esto es lo que buscaba el jóven rico.
2. Tenía la actitud correcta.
Parecía sentir profundamente su necesidad. Hay personas que saben que no tienen vida eterna pero no sienten la necesidad de ella. Pero este hombre estaba desesperado. Lo vemos en la urgencia de su pregunta. Marcos 10:17 dice que vino corriendo. Tambien a diferencia de Nicodemo, el jóven rico vino de día y ante el público. Marcos también nos dice que se arrodilló a los pies de Jesús. Deseaba tanto la vida eterna que no le importó perder su prestigio ante los demás.
Mt 19:17-20 Era un hombre moral bueno y no un pecador descarado. Obviamente él no había cumplido perfectamente los mandamientos, sin embargo en su religiosidad engañosa él sentía un vacío en su corazón «¿Qué más me falta?»
¡Qué gran oportunidad! Imagínese lo que este jóven rico e influyente hubiera hecho por la causa de Cristo.
3. Acudió a la fuente correcta.
El jóven no fue a cualquier evangelista, él fue a la fuente misma de la vida eterna. Era el lugar adecuado para conseguir lo que deseaba. La gente busca vida eterna en todos lados, pero este jóven fue a la fuente correcta.
el jóven llamó a Jesús maestro bueno. Lo llamó maestro quizás porque se sintió cautavo por sus enseñanzas y vida piadosa. La palabra bueno habla no solo de algo bondadoso, sino bueno en naturaleza y escencia.
No quiere decir que verdaderamente creyó en Jesús, sino que veía en él a un maestro que le podría ayuar u orientar para saber cómo obtener la vida eterna. Y al igual que nicodemo, no se había dado cuenta de que hablaba con el mismo Dios encarnado. Pero fue a la fuente correcta.
4. Hizo la pregunta correcta
Algunos piensan que no hizo la pregunta correcta porque su pregunta estaba orientada a las obras. En verdad estaba familiarizado con una religión basada en obras. Pero en relaidad hizo la respuesta correcta.
Pero Jesús le confronta al jóven:
Aclarando qué es lo bueno.
Confrontandole
II. Lo malo del jóven rico
1. No tenía un sentir de culpa
V. 20 Es posible que en la apariencia hubiera cumplido con todo esto. Quizá exteriormente pero Jesús siempre fue al corazón.
El jóven no había captado las enseñanzas de Jesús. Estaba buscando algo para llenar el vacío de su corazón y no se había dado cuenta de que había violado la ley de Dios. Él creía que no había cometido ningun pecado. La religión de la autojusticia es engañoza. No había manera en la que este hombre pudiera ser salvo si seguía aferrado a la creencia de que era un hombre bueno que había cumplido los mandamientos de Dios.
La salvación no es para personas que desean un estímulo emocional, sino para pecadores que desesperados que buscan el perdón. Al menos que una persona se averguence de su pecado,no hay salvación.
2. No tenía arrepentimiento.
En el evangelismo hoy en día tratamos de convencer a las personas diciendoles que si reciben a Cristo tendran el gozo, paz, felicidad y realización que siempre han buscado. «Se les ofrece a los no cristianos un lecho de flores si reciben a Cristo cuando en realidad los cristianos están en un jardín de espinas». El plan maravilloso ILUSTRACIÓN: Pero esto no es lo que Cristo ofrece. Él ofrece salvación y perdón total de los pecados a los que se arrepienten y vienen a él con fe.
En lugar de ofrecerse a el jóven como un alivio para su necesidad, Jesús lo confrontó para que se diera cuenta de que su vida era una ofensa viviente a Dios. Pero este jóven estaba en contra de confesar su pecaminosidad.
La evangelización debe tomar al pecador y medirlo con la perfecta ley de Dios para que vea sus deficiencias. Dios odia el pecado y castiga a los pecadores con tormento eterno.
Jesús le muestra su falta de arrepentimeinto al medirlo con un mandamiento. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
3. No tenía deseos de someterse
Ve y vendelo todo y dálo a los pobres ¿Vas a hacer lo que yo quiero que hagas? ¿Quién dirigira tu vida tu o yo? Jesús le estába diciendo: «A menos que yo sea la autoridad máxima de tu vida, no hay salvación para ti».
El Señor le puso en una encrucijada. Tenía que elegir y la eleccion reveló su corazón
[addtoany]