20 de Marzo del 2016 | Iván Bernal
Hay muchas etiquetas que se le dan a las personas como hombre de mundo, hombre de negocios, etc. Pero hay otro grupo de hombres que se encuentra en la Biblia. Pablo le llama a Timoteo «hombre de Dios» (1 Ti 6:11). Este era un título utilizado para algunos hombres en el Antiguo Testamento para aquellos que tenían una relación personal con Dios. También a aquellos que predicaba la palabra de Dios.
La aparición de esta palabra se encuentra una vez en el Antiguo Testamento y otras dos son las que se aplican a Timoteo. Un hombre y una mujer de Dios pueden existir en estos tiempos.
I. Se caracteriza por aquello que se previene (1Ti 6:11).
Huye. Es una palabra que se refiere a ser fugitivo o correr con desesperación. Habla de salir corriendo o salvar su vida de un depredador. v. 10 habla de huir del deseo codicioso. El corazón del hombre de Dios no está enfocado en las cosas materiales, sino por la de en medio de la prueba. Se previene de enlazar se por el amor al dinero. El amor al dinero también se refleja en alguien que se amarga por lo que no tiene.
1 Cor 6:18 habla de huir también de la fornicación. Esto nos habla de cualquier acto inmoral. El peligro está al acecho y el hombre de Dios no puede descuidarse.
1 Cor 10:14 Habla de huir de la idolatría. También se refiere a los falsos maestros que quieren pervertir con falsas enseñanzas.
2 Ti 2:22 Las pasiones juveniles habla de hacer cosas en excesos. Que no tienen prioridad.
II. Se caracteriza por lo persigue (1 Ti 6:11).
La justicia nos habla de una actitud externa. Entendemos por justicia el hacer lo correcto. La pieza gemela de la justicia es también la piedad. Nos habla del espíritu de la santidad, hacer lo que Dios desea y estar donde Dios está. La justicia y la piedad van de la mano. A veces la piedad se confunde con la manera de vestirse. Pero tiene que ver con el corazón.
También nos habla de la fe ¿Cómo está nuestro termómetro de fe? El corazón humano es incrédulo. Debiéramos orar como aquellos discípulos diciendo: Señor aumentamos la fe.
Habla también del amor y la paciencia. Estas cualidades eran importantes para Timoteo como pastor rodeado de falsas enseñanzas. A sí también para el creyente es necesario desarrollar estas cualidades.
Mansedumbre es una cualidad para aquellas personas que vive y sirven al Señor. No estar centrados en lo malo sino esperar lo mejor de los demás.
III. Se caracteriza por aquello que pelea (1 Ti 6:12).
Hay cosas con las que no se debe pelear como se mencionó anteriormente. Pero hay algo en lo que sí hay que pelear. Pelear la buena batalla de la fe es cuando se ha desarrollado celo por las cosas de Dios. Cuando el corazón se contrasta cuando el nombre de Dios es menospreciado. Saca un estandarte de la verdad.
Echar mano de la vida eterna nos habla de la perspectiva, de tener una perspectiva eterna. Aquello que más va a traer gloria a Dios. Y a veces lo que más glorifica a Dios es cuando uno pierde. Una actitud de humillación.
IV. Se caracteriza por lo que persiste (1 Ti 6:13-14).
Guarda todo estas cosas hasta la venida de Cristo. No contaminar los mandamientos de Dios hasta la aparición del Señor Jesucristo. Hay diferencia entre ser persistente y ser necio. Cuando una persona se vuelve obstinado haciendo lo que su corazón le manda eso no es persistencia.
La persistencia Bíblica es la obediencia constante. Hay cosas que son fáciles de obedecer y hay otras que no lo son.
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