Acabamos de leer sobre dos personas con autoridad y poder. Uno gobernaba sobre Egipto y otro Babilonia. Romanos 15:4 cuando vemos algo del pasado es para nuestro provecho. La Biblia no sólo nos muestra las cosas buenas de los personajes sino también su lado oscuro.
Constantemente tenemos una lucha contra los pecados de nuestro corazón.
Definición: Propia sobreestimación que refleja un espíritu de superioridad sobre los demás.
I. Preámbulo común del orgullo:
A. Pertenecer a un linaje respetado (Fil 3:4-6). Pablo les recuerda que en realidad tener cierto apellido o cualidades, eso no determina nuestra posición. Pero tener un linaje respetado puede crear orgullo en los corazones.
B. Posición de autoridad o influencia (Dn 4:1). Nabucodonosor tenía autoridad sobre su imperio, tanto que todo lo que el dijera, Así se hacía. Puede que no seamos reyes pero tener un puesto de autoridad sobre dos o tres personas. Tal vez por la posición de autoridad en una iglesia, o un ministerio, podría envanecer el corazón. O quizás ser el jefe de familia.
C. Poseer algunas virtudes especiales. Tenemos cómo ejemplo la iglesia de Corinto. Ellos creían tener toda clase de dones, pero Pablo cuando revisa sus prácticas se da cuenta que estaban envanecidos. Una virtud especial es algo que no todos pueden hacer. En la tecnología, artes, enseñanza, creatividad, etc. Los dones y los talentos vienen de Dios. Pero lo que para nosotros es importante para Dios no lo es.
D. Privilegio de ciertos recursos materiales (Dn 4:29-30). El orgullo de Nabucodonosor vino al contemplar la grandeza del imperio. Tener una casa grande o un auto más nuevo. No se necesita oro o piedras preciosas para que alguien sienta orgullo en el corazón. Los recursos materiales también vienen de Dios.
E. Pasos importantes que se han alcanzado. Como aquel hombre que se jactaba por lo que había hecho por su esfuerzo. Aún cuando no tenía los recursos e incluso cuando nadie lo apoyaba. Por algo mínimo alguien se puede creer superior. Orgullo es muy sutil. Esto suele suceder también con aquel que está aprendiendo un instrumento, y cuando va a una escuela formal se da cuenta que no sabe nada. No son malas las posesiones, el problema es cómo el corazón lo descifra.
II. Problemas derivados de este pecado
A. Pensamientos fantasiosos acerca de sí mismo (Dn 3:1-6). Nabucodonosor era un rey pagano, y por la influencia de otros el hace una estatua en honor a su grandeza. Nabucodonosor se estaba colocando en el lugar de Dios. Dios es el único que merece adoración.
B. Prepotencia en el trato hacia el prójimo (Ex 5:2, 4-9). La prepotencia se demuestra en un trato áspero hacia los demás, en un trato rudo o de humillación. Siendo imperfectos, siempre hay una torpeza natural, pero una persona prepotente no ve sus debilidades sino las de los demás. No es la humildad la que caracteriza a un político o alguien famoso.
C. Pelea con Dios por obtener el primer lugar. Tanto faraón como Nabucodonosor buscaban tener el primer lugar. Esto es algo normal pero cuando estamos peleando con Dios, ya estamos hablando de cosas mayores. La persona que viene a la iglesia pero se da cuenta de lo que demanda la vida cristiana, se dará cuenta de que Dios va en contra de sus sueños. Y muchas veces esta clase de personas se alejan. Faraón enfrento a Dios y endureció su corazón. Nabucodonosor enfrento a Dios y el Señor lo quebrantó.
D. Próxima y lamentable caída (Prv 16:18-19). Alguien que vive en soberbia será quebrantado. (Dn 4:30-34). El señor arregló cuentas con él.
E. Proceso de humillación y dolor. Pasos hasta que se logre el objetivo. El proceso con faraón fueron las plagas. El proceso con Nabucodonosor fueron los siete años que tuvo que soportar. Otros como Jonás también pasaron por un proceso. Nahamán el leproso tuvo que sumergirse siete veces en el río Jordán. Alguien dijo: «De acuerdo al sapo la pedrada». De acuerdo a la magnitud de nuestro orgullo será el trato que el Señor dará.
III. Principios de advertencia y restitución de este pecado
A. Poniéndose en el lugar que le corresponde (Dn 4:34-35). Cuando dice «todos», se incluye a él mismo. Nabucodonosor reconoce al verdadero Rey, su autoridad y dominio. (Ro 12:3) todo lo que tenemos viene de Dios y eso es suficiente razón para adorarle. Él resiste a los soberbios (Stg 4:6). Es bueno pensar que siempre hay alguien mejor que nosotros, y debemos ser agradecidos con lo que tenemos.
B. Postrarse en humillación ante Dios (Stg 4:6-10). No solamente reconocer que lo que tenemos viene de Dios, sino afligirnos y doblegar nuestro corazón.
C. Prefiriendo dar honor a los otros (Ro 12:10).
D. Pasar los créditos de su labor a Dios (Lc 10:17-20). Todo lo que podemos lograr, debemos reconocer los créditos al que lo merece. Nosotros debemos reconocernos como «siervos inútiles»
E. Practicar la servidumbre en genuina humildad (Mc 10:42-45). «La servidumbre es la marca de la madurez cristiana». Eso fue lo que distinguió a Jesús, y es lo que debe caracterizarnos a nosotros. En el camino de Dios el más grande es el que sirve.