Los eventos narrados en este capítulo, sucedieron 13 años después de los acontecimientos del capítulo anterior (Gen 17:25). Ahora Abram tiene 99 años de edad, y se nos dice que se le apareció Dios.
Quisiera que notemos la importancia de la relación que Abram tenía con Dios. Era una relación muy estrecha y personal, pero también era una relación continua, es decir que constantemente vemos a Abram y a Dios teniendo un diálogo. En esta comunión, Dios muestra su carácter y su voluntad de manera progresiva. 15:1, 17:1, 22:14 Abram fue aprendiendo y creciendo en su conocimiento de Dios.
Nosotros debemos de desarrollar esta clase de relación con Dios. Una relación en la que escuchamos su voz todos los días y al mismo tiempo hablamos con él; Donde crecemos en el conocimiento de Dios.
Este pasaje nos presenta una secuencia de conversación donde Dios habla y Abram responde. De hecho, este el único lugar en el libro donde encontramos un discurso extendido de Dios. Dios revela y confirma su pacto con Abram, dándole una señal. Y a pesar de las dudas con las que está luchando, Abram adora y obedece. Los primeros versículos nos resumen esta interacción: Génesis 17:1-3
¿Por qué Dios se reveló como el dios todopoderoso? Porque era algo que él necesitaba aprender en este momento. Después de haberse equivocado y haber dudado del poder de Dios, Abram necesitaban recordar quién es Dios. Dios tiene el poder para hacer lo que había prometido. Ahora Dios va a confirmar el pacto y las promesas que había dado a Abram, y lo va a hacer de cuatro maneras.
1. Ratificando el pacto (17:1-8)
Eso es lo que Dios hace en esta sección, él repite nuevamente su promesa a Abram, porque ya se había desesperado tomando malas decisiones (como con Ismael). «Mi pacto» aparece 12 veces en este pasaje (para los que notan las palabras repetidas), y muestra que el pacto es unilateral, es decir, que la responsabilidad de su cumplimiento recaía solamente en Dios (como lo mencionó el pastor Jaime en el capítulo 15). Lo que el Señor hace en esta sección es repetir los elementos del pacto, como una forma de confirmar su compromiso y su plan de alcanzar a todas las familias de la tierra a través de Abram. Pero también, Dios amplía el alcance del pacto. De hecho, esto es lo que está sucediendo en este capítulo, Dios está dando más información a Abram acerca de lo que va a hacer y cómo lo va a hacer.
¿Recuerda usted cuáles son los tres elementos del pacto? Dios ya ha dado estos elementos, pero ahora los presenta de manera concreta. Génesis 12:2-3, 7; 13:14-16; Gen 15:5-7. ¿Cómo vemos esos elementos en el pasaje? ¿Cuándo se cumple cada elemento del pacto? La descendencia en Éxodo, la tierra en Josué, y la bendición con los reyes. Pero estas cosas se perdieron por causa del pecado del pueblo de Israel ¿Será que Dios no cumplió sus promesas? ¿La Palabra de Dios falló? (Ro 9:6-8) No, porque estas promesas tendrían un cumplimiento espiritual (Ro 4:16-18; Gal 3:6-9, 16, 29).
Pablo dijo en 2 Corintios 1:20 «porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios». Todo lo prometido a Noé, Abraham, Moisés y David y sus descendientes es confirmado y asegurado por la venida de Jesucristo. Si el pecado del hombre fue un obstáculo para el cumplimiento de esas promesas del pacto, el sacrificio de Jesús ha quitado el obstáculo para siempre. De modo que su venida confirma su pacto y sus promesas. Él es el sí de Dios a las promesas del pacto. Y si eres un heredero de esas promesas, Jesús es el sí de Dios para ti, esas promesas son para ti por la fe.
¿Cómo se cumplen los elementos del pacto en nosotros los creyentes, los hijos de Abraham por la fe? ¿Cuál es la tierra que heredaremos? (Ro 4:13, Gal 3:21-22) El mundo, ¿Cuál es la descendencia? (Ap 5:9) De todo pueblo lengua y nación ¿Cuál es la bendición? (Ap 21:1-4) Que Dios estará con nosotros como nuestro Dios.
2. Reafirmando su relación (Gen 17:4-5, 15)
Dios ratifica su pacto, reafirmando cada elemento del pacto. Pero ahora va a hacer algo con Abram y Saraí, él les cambia el nombre (17:5, 15-16). Cuando Dios cambiaba el nombre de una persona y le daba uno nuevo, generalmente era para establecer una nueva identidad y una nueva relación con esa persona. Tenemos una tendencia a ponerle nombre a las cosas porque eso crea un sentido de unidad y pertenencia.
Dios cambió el nombre de Abram, que significa «padre enaltecido», por el de «Abraham», que significa «padre de una multitud». También cambió el nombre de «Saraí», que significa «mi princesa», por el de «Sara», que significa «madre de naciones» (Génesis 17:15). Les da un nuevo nombre de acuerdo a su relación con el Pacto.
Y en cierto sentido esto es lo que Dios hace con nosotros. Isaías 43:1, Apocalipsis 2:17, 3:12 Debemos tener cuidado con caer en el misticismo de creer que hay un nombre oculto de Dios que no conocemos y que se nos dará. Esta idea ocultista dio origen a una secta en Corea del Sur que afirmaba que el nombre nuevo de Dios sería Ahnsahnghong, por su fundador quien afirmaba ser Jesucristo encarnado.
Pero cuando hablamos del nuevo nombre que nos será dado tiene que ver con el cambio en nuestra relación con Dios que sucede cuando venimos a la fe de Cristo, ya no somos enemigos de Dios sino miembros de su familia. De manera figurada Dios hace lo mismo que hizo con Abram y Saraí, o con Pedro y Pablo, a quienes Dios cambió el nombre. En la Biblia, el nombre de cada persona estaba relacionado con su carácter. El hecho de darnos un nuevo nombre o escribir su nombre sobre nosotros, nos habla de formar su carácter en nosotros y es una manera de indicar que ahora le pertenecemos. La imagen perfecta de Dios, su carácter y su gloria reflejada en nosotros como sus hijos por toda la eternidad.
3. Confirmando a la simiente (Gen 17:17-21)
¿Cuál es la respuesta de Abraham a todo lo que Dios está diciendo? Primero vemos que se postra. Esto fue lo que hizo al principio y nos habla de reverencia y sometimiento a Dios, Pero el pasaje nos menciona que en esta segunda ocasión Abram se ríe, al igual que lo hará Sara en el siguiente capítulo. Esta no era una risa de burla, sino una de asombro mezclado con incredulidad. Hermanos, el padre de la fe sigue luchando con la incredulidad. Esta es nuestra lucha también, es la batalla de cada día por creer en las promesas de Dios y que él es suficiente para nosotros.
¿Con cuál elemento del pacto luchaba más o le costaba más trabajo creer? La descendencia. Dios ya le había dicho que iba a ser padre (12:2; 15:4), Dios le había hablado acerca de él, por esta razón la decisión del capítulo anterior parecía lógica. Recuerde que dijimos que este capítulo Dios está ampliando la información acerca de sus planes. Esta es la primera vez que se menciona que su hijo vendría de su esposa anciana y estéril, por esta razón se ríe.
La cuestión parecía tan imposible que Abraham ruega a Dios que cumpla sus promesas a través de su hijo que ya está con él.
Habían pasado 25 años desde la primera vez que Dios prometió un hijo a Abraham, y habían pasado 13 años desde que se adelantaron a los planes de Dios. Durante este tiempo Sara había perdido toda esperanza de ser madre, y Abraham había aceptado la idea de que Ismael era el hijo prometido. Ya habían aceptado esas condiciones como un hecho en sus vidas, por eso cuando Dios les dice otra cosa, es difícil aceptarlo.
Sin embargo, Dios confirmó que sería un hijo de Sara y Abraham, y ahora comienza a revelar nueva información. Lo primero que les dice es el nombre que le pondrían (Gen 17:19), y lo segundo que se menciona es el tiempo en el que nacería (Gen 17:21). Dios no pasaría por alto a Ismael, él también sería una gran nación como vimos en el capítulo anterior, pero la simiente vendría de Isaac. Podemos ver nuevamente las dos simientes en acción, la simiente de la mujer y la de la serpiente. Como lo mencionó el pastor la semana pasada, hoy en día esa distinción de las dos simientes es más clara con la guerra entre árabes y judíos.
Abraham creía que era Ismael el hijo prometido, sin embargo, tuvo que aprender a esperar en la provisión de Dios. De la misma manera, nosotros a veces podemos aferrarnos a algo, creyendo que es la voluntad de Dios para nuestra vida cuando en realidad no lo es: Quizá has estado en una relación amorosa por mucho tiempo, y has dado por hecho que es la persona indicada, pero sabes que hay cosas que no van de acuerdo a la Palabra Dios. Puedes aferrarte a un plan personal o proyecto, a una escuela o universidad en la que quieres estudiar o un trabajo que deseas obtener. La pregunta más importante es: ¿Es esta la voluntad de Dios? Si estás dudando, puedes ir al Señor y pedirle que te ayude y te confirme su dirección. Ten por seguro que el Señor lo hará. Dios resolvió la duda de Abraham, le mostró cómo es que él quería obrar, y Abraham tuvo que ajustar sus planes a los planes de Dios. Como aprendimos la semana pasada, Abraham tuvo que confiar en el plan divino y dejar de lado su intervención humana.
4. Estableciendo una señal (Gen 17:9-14)
La circuncisión era la práctica de cortar el prepucio del hombre. Esta era una práctica que ya existía en los tiempos de Abraham, pero poco frecuente, que normalmente se realizaba por cuestiones de higiene o salud. Lo que Dios hizo fue tomar esa práctica y darle un significado divino. La circuncisión tenía como propósito separar al pueblo de Dios o distinguirlo de entre las otras naciones mostrando que ellos pertenecían a Dios, pero, sobre todo, sería la señal de todos aquellos que formaban parte del pacto que Dios había dado a Abraham.
De manera similar, esta es la señal del nuevo pacto para nosotros, nosotros gentiles también somos circuncidados, pero de una forma diferente. Romanos 2:25-29 (Hay una circuncisión espiritual); 4:9-11 (Esta circuncisión es señal o sello de que hemos recibido la justicia de Dios por la fe); Colosenses 2:11-14 La señal de que somos hijos de Dios y pertenecemos al pueblo de Dios es que ahora ha habido un cambio con respecto al pecado, El Señor ha perdonado nuestros pecados y hay un corte y desprendimiento de nuestra relación con nuestra naturaleza pecaminosa (Ro 6:6-7).
¿Cuál fue la respuesta de Abraham a las indicaciones sobre la circuncisión? Obediencia. Él circuncidó inmediatamente a todos en su casa. La respuesta del evangelio es obediencia.
Recuerde que el Señor Jesús es el «sí» a todas las promesas para nosotros (2 Cor 1:20). De modo que su venida confirma su pacto y sus promesas. Él es el sí de Dios a las promesas del pacto, y si estamos en Cristo, esas promesas son para ti por la fe.