Pablo sentía la obligación de predicar a todo tipo de persona, incluso en Roma. Esta ciudad representaba la élite social y cultural de la época, y cualquiera se hubiera visto tentado a avergonzarse de predicar acerca del Cristo crucificado, pero Pablo cobraba valor al recordar el poder del evangelio (v. 16-17).
La palabra griega que se utiliza aquí es «dunamis» (poder), de donde obtendríamos más tarde la palabra «dinamita». Sin embargo, a diferencia del poder destructor de la dinamita, el evangelio es un poder que da vida y salvación. El evangelio es poder de Dios para salvación. ¿Por qué? ¿Cómo es que el evangelio salva? Versículo 17 nos responde diciendo que el evangelio nos revela la justicia de Dios.
La manera de ser salvos es recibir la justicia de Dios, es lo que Pablo menciona como «ser justificados» o «ser declarados justos» (Ro 3:21-26). Para ser salvo necesito la justicia de Dios, porque mi justicia es imperfecta y sólo me lleva a la condenación porque cuando esté parado frente a la presencia de Dios él me pedirá JUSTICIA PERFECTA. Pero Cristo vivió la vida perfecta que el padre demanda.
Entonces, el evangelio es poder de Dios para salvación, ya vimos que esto se refiere a tener la justicia de Dios.
¿De qué nos quiere salvar Dios?
– Salvos de la ira (Ro 1:18, 5:9)
– Del pecado (Mat 1:21)
– De este mundo (Hch 2:40)
– Salvación final (1 Pe 1:5)
La salvación es del tipo «ya, pero aún no», es decir, que cuando usted es salvo, disfruta de las bendiciones de la justicia de Dios y la seguridad eterna, pero dicha salvación será completada cuando nuestros cuerpos sean totalmente redimidos y glorificados por la eternidad.
Se nos dice del poder salvador de Dios, que está al alcance de todo aquel que cree. Y quisiera mencionar primero, que la fe que se menciona aquí no es cualquier tipo de creer. Usted puede ir con todos los vecinos y preguntar si creen en Dios ¿sabe qué le van a decir? ¡Que sí! Todo el mundo dice creer en Dios, y muchos practican cierta clase de fe. Pero lo que el evangelio demanda es una absoluta, total y plena confianza en lo que Cristo ha hecho por nosotros en la cruz. Si usted sigue preguntando, descubrirá que las personas confían en toda clase de cosas para ser salvos, como sus buenas obras, o su religión o una iglesia, o una oración.
La frase por fe y para fe, se refiere no sólo a la fe que Dios pide de nuestra parte sino también a la fe que él da. Recuerda que en Efesios 2:8 «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios». ¿Cuál es el don de Dios? no sólo la salvación sino la fe misma. (Ro 10:17) La fe viene por la revelación del evangelio a través de su Palabra
Se nos dice que «al judío primeramente» porque por medio de ellos llego la salvación. Jesús era judío, los primeros discípulos y los primeros creyentes. Pero el poder salvador de Dios no se limita, como los judíos creían, únicamente al pueblo de Israel.
Quiero que notemos algo, el plan de Dios para salvar incluye, no sólo a los judíos, sino también a los gentiles. Judíos, gentiles, griegos, romanos, y a todo el mundo; este es el punto principal de romanos, que vemos ampliado en el versículo 17. El tema principal de la carta es: «La justicia de Dios al alcance de todos por la fe».
V. 16 Los griegos eran conocidos como los más grandes sabios y pensadores. Lo que Pablo quiere decir es “quizás yo no soy sabio, pero no me avergüenzo porque tengo algo más grande: el poder de Dios que puede salvar”. (1Co 1:21; 1 Co 2:1-2). El mismo poder del Dios omnipotente, creador del universo, a través de la obra de su Hijo en la Cruz, es lo que puede salvar a las personas. Ese poder nos ha sido dado a través de su palabra. Hermano, no se avergüence de hablar de Cristo en su familia, con sus amigos, en su trabajo, en la calle. Pablo dijo a Timoteo 2 Ti 1:8 “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios…”.
Estos dos pequeños versículos resumen el punto principal de Pablo en la carta a los Romanos, y funcionan como un eslabón, nos ayuda a conectar la introducción con todo el resto de la carta.
¿Qué es lo que va a dar fe y salvación a las personas? ¿Qué es lo que va a traer esperanza a este mundo?