Este año, al igual que los otros, seguramente estará lleno de propósitos, algunos espirituales y otros no tanto. Ya el hermano Miguel nos explicaba un poco esto la semana pasada.
Siempre un año nuevo representa una nueva oportunidad de ser mejores de lo que fuimos el año pasado, mejor padre, madre, hijo, esposo(a), estudiante. Sin embargo, para mejorar en cada aspecto de mi vida, necesito entender que Dios también tiene un propósito para mi vida, pero no es un propósito de Año Nuevo, sino un propósito eterno.
Pablo acaba de decir que la creación gime, y aún nosotros gemimos esperando la redención final. Esta es la esperanza a la que hemos sido salvos. Sin embargo, mientras esperamos con paciencia, vivimos en un mundo caído, rodeado de dificultades y dolores ¿cuál es el propósito de Dios en medio de todo esto?
El Señor nos da la respuesta, y es una respuesta que requiere fe. V. 28 Dios está utilizando el dolor y las dificultades de este mundo caído para nuestro bien. Pero hay que aclarar que esto es algo aplicable sólo a aquellos que aman a Dios y que han sido llamados conforme a sus propósitos, es decir aquellos que han experimentado la gracia salvadora y transformadora de Dios. Así que, lo que vamos a mencionar hoy no es aplicable para todos, sino para aquellos que han nacido de nuevo.
Al final de este versículo podemos ver que tú y yo hemos sido llamados conforme a su propósito, esto quiere decir que Dios tiene un propósito en tu vida. En medio de todo lo que estes pasando, decisiones que tengas que tomar, luchas, pruebas, enfermedades, aflicciones, Dios está trabajando con este propósito en mente, y lo encontramos en V. 29
Podemos ver que aún antes de que nosotros existiéramos, Dios ya nos había conocido y nos escogió para cumplir su propósito en nosotros. Así de importante es. Desde la eternidad pasada, la meta de Dios es que seamos como Jesús, que nos conformemos a la imagen de Cristo. Y este año que comienza, él quiere que seas más como él.
Romanos 12:2 nos advierte utilizando la misma idea que encontramos en Romanos 8, Dios quiere que nos conformemos a la imagen de Cristo, es decir que nos amoldemos al carácter y la persona de Jesús, pero este mundo también quiere moldearnos. ¡Y la manera de ser más como Jesús y evitar ser como el mundo es transformar nuestro entendimiento! Llenarnos de la palabra para conocer el plan, el propósito de Dios ¿Qué te está moldeando a ti?
¿Cuáles son los instrumentos que Dios utiliza para cumplir este propósito eterno y glorioso en nuestras vidas?
LAS CIRCUNSTANCIAS
V. 28 Nos enseña que todas las cosas nos ayudan a bien, y después va a enumerar una lista de circunstancias que Dios puede utilizar en tu vida para hacerte más como Cristo (Ro 8:35-39) Dios nos ha dado las dificultades de la vida para hacernos más como Jesús.
Quejarte de los problemas es no entender que a través de ellos Dios te está formando. Somos más que vencedores ¿qué significa? En la antigüedad un pueblo que derrotaba a otro en el campo de batalla, lo vencía cuando los destruía a todos. Sin embargo, los grandes imperios entendieron que no aniquilar a un ejército o una nación no les traía gran beneficio. Entonces lo que comenzaron a hacer es, en vez de matar personas, las tomaban como esclavos y hacían que ellos les sirvieran para poder construir su imperio. Eso significa ser más que vencedor.
Dios no aniquila tu enfermedad, sino que la usa como un instrumento para recordarte tu fragilidad y hacerte depender de él. Lo mismo podríamos decir de cualquier situación difícil que estás enfrentando.
Entonces, para cumplir su propósito de hacernos más como Jesús, Dios puede usar las dificultades.
LA IGLESIA
Efesios 4:11-13 El segundo instrumento que Dios usa es la iglesia
David Mathis en su Libro «Hábitos de gracia» dice que la comunión es un ingrediente indispensable en la fe cristiana, y uno de los principales medios de gracia de Dios en nuestra vida». Sin embargo, tenemos la tendencia de diluir estos significados, reducimos comunión a simplemente reunirnos los domingos para adorar. O también cuando hablamos del servicio dominical decimos «yo ya vine al servicio», pero el verdadero servicio no comienza el domingo a las 10 am, sino cuando terminamos el culto y salimos a vivir la vida cristiana.
Y cuando hablamos de la comunión en la iglesia David Mathis dice: «La verdadera comunión no se parece tanto a los amigos reunidos para ver la final del torneo de futbol, sino más bien a los jugadores en la cancha, con sangre, sudor y lágrimas, agrupados en su campo planificando la próxima anotación; se parece más a las tropas avanzando codo a codo durante la guerra que a los que celebran en la calle en el día de la victoria».
Así que, teniendo estos lentes podemos ver el pasaje de Efesios 4 y entender cómo sucede esta transformación a través de la vida de la iglesia. Es por eso que Hebreos 10:24-25 dice: «Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.»
Considérense habla de conocerse unos a otros, acercarse, profundizar e interactuar unos con otros para inspirarnos, exhortarnos y ayudarnos unos a otros a ser más como Jesús.
LA BIBLIA
– 2 Cor 3:18 el tercer instrumento es la Palabra de Dios o la Biblia. El problema es que hay una ceguera espiritual hacia la palabra (2 Cor 4:3-4) El problema es una ceguera hacia las cosas espirituales. (2 Cor 3:12-17; 4:5-6).
Jesús es la Palabra encarnada, es la manifestación perfecta y gloriosa de Dios (Según Juan 1:1, 14) (Jn 14:9 El que me ha visto a mí, ha visto al padre»), es por medio de él que el velo es quitado, y podemos ver la gloria de Dios a través de su palabra.
La Biblia es transformadora Juan 17:17. «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». (He 4:12)
Volviendo a Romanos, Ro 8:30 Habla de la obra de Dios en nuestras vidas como un hecho, el propósito de Dios es tan seguro que Pablo lo da por hecho. Por eso en Filipenses 1:6
La semana pasada el hermano Miguel mencionaba que, aunque mis propósitos de este año no se cumplan, el Señor sí cumplirá sus propósitos. Sal 138:8 Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.