Escogiendo un discípulo

Por ejemplo entenemos ahora que el discipulado no es sólo sentarnos con un libro y darle una lección a una persona. Tampoco es sentarnos en una clase y escuchar a un maestro hablar. Discipular tiene que ver con ayudar a una persona a ser más como Cristo, invirtiendo nuestra vida en otras personas asi como Jesús lo hizo con sus discípulos.

Hasta este punto ya hemos entendido que si alguien no está discpuesto a regarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir a Cristo, no puede ser su discípulo. El discipulado es para aquellos que han decidido seguir a Cristo. Mark Dever dice que un discípulo no es alguien que simplemente dice seguir a Cristo, sino que lo hace realmente. Discipular significa ayudar a otros a seguir a Jesús. Discipular es una relación en la que buscamos un bien espiritual para alguien a través de enseñar, corregir, modelar, amar, humillarnos, aconsejando e influenciando.

Tabien entendemos que el discipulado no es la tarea exclusiva del pastor. El líder de la iglesia no es el único responsable en la labor de discipulado de la iglesia. Todos nosotros como creyentes verdaderos hemos recibido este llamado, de manera que todos debemos ir y hacer discípulos (Gran Comisión).

Este es el trabajo de todos:

  • Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. (1Jn 4:7).
  • Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. (1Ts 5:11).
  • A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; (Col 1:28).
  • Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras (Heb 10:24).

Una vez que ya hemos entendido estos principios importantes y estamos convencidos de nuestra responsabilidad, es momento de comenzar a discípular. Y el dia de hoy responderemos una pregunta importante. ¿Cómo puedo escoger en quien voy a invertir mi vida? ¿Con quién voy a pasar tiempo ayudanndolo a seguir a Jesús y ser como él? Quisiera que veamos rápidamete OCHO factores o recomendaciones a considerar para comenzar a escoger a auna persona.

1. Un miembro de su familia

Imaginemos que hay alguien aquí que se considere demasiado timido como para relacionarse con otra persona. Algo es verdad, no importa qué tan timido eres o si te cuesta trabajo comunicarte, siempre hay más confianza y nos comunicamos mejor con alguien que es de nuestra familia.

Si usted ha tomado la decisión de comenzar a discipular a alguien debe considerar comenzar por los de su casa.

Recuerda cuando el endemoniado Gadareno fue liberado de su posesión demoniaca. Él queria seguir a Jesús pero el Señor le dijo: «… Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti». (Mar 5:19)

Cuando el carcelero de Filipos cayo de rodillas ante Pablo preguntando: » ¿qué debo hacer para ser salvo?» ¿Qué respondieron Pablo y Silas? «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa» (Hch 16:30-31). No que automáticamente su familia se salvaría, sino que a través de la conversión de él, el evangelio debía extenderse naturalmente a los de su casa.

Un último ejemplo, ¿recuerda el sentir de Pablo para sus parientes los judíos inconversos? «Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne» (Rom 9:1-3).

Hay una responsabilidad que tenemos para nuestra familia. Pero muchas veces no comenzamos por ahí ¿por qué? Una es la de nuestro testimonio. Probablemente hemos desacreditado tanto nuestro testimonio que no nuestras palabras pierden efecto. La segunda razon tiene que ver con las palabras de Cristo quien dijo: «No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa» (Mar 6:4).

Sin embargo esto no deberia desalentarnos de tomar la responsabilidad de discipular a nuestra familia.

2. El estado espiritual de la persona

En la iglesia encontramos creyentes con diferentes niveles de madurez espiritual y luchas diferentes. Sin embargo nuestro enfoque debe estar en conocer si la persona es un verdadero creyente o no. Si intentamos discipular a alguien que aun no ha nacido de nuevo, estaremos desperdiciado nuestro tiempo, porque lo que esa persona necesita no es el discipulado sino evangelización.

Pablo dijo: «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente» (1Co 2:14).

El punto es que debes discipular a un cristiano.

3. Los miembros de la iglesia local

Muchas veces también queremos discipular gente que no es de la iglesia, no vienen a la iglesia o tienen algún resentimiento en contra de la iglesia. Debemos recordar que el discipulado se debe dar siempre en el contexto de la iglesia local. Lo que Pablo llama el cuerpo de Cristo:

«Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular» (1 Cor 12:14, 18, 26-27).

Mark Dever dice: Tenemos una responsabilidad mayor para con nuestra propia congregación; para ayudarles y ser ayudados por ellos. Los miembros de la misma iglesia siguen y se someten al mismo cuerpo de ancianos. Afirman la misma declaración de fe y pacto de iglesia. Experimentan la misma enseñanza sobre asuntos principales y secundarios. Se ven el uno al otro por lo menos semanalmente. Por todas estas razones, es normalmente más conveniente edificar relaciones de discipulado dentro del contexto de nuestra iglesia.

4. El género

La Biblia es cuidadosa en cuanto a discipular a personas de otro género. Por ejemplo Tito dice que: «Las ancianas asimismo sean… maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» (Tit. 2:3-5).

Pablo escribió a Timoteo diciendo: «No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza» (1Ti 5:1-2).

Aunque cada domingo, actividad o grupo nos relacionamos con personas del sexo opuesto, sin embargo en el discipulado es sabio que los hombres discipulen a hombres y las mujeres a mujeres. Debemos cuidar nuestro testimonio sobre todo en el asunto de la pureza.

5. La edad

El pasaje de Tito nos dice que las ancianas deben enseñar a las más jóvenes, lo mismo podemos decir de los varones. Es importante esto porque usted como hermano(a) maduro y hombre adulto, has recibido gracia que la siguiente generación necesita, no sólo en experiencia sino también en conocimiento del Señor.

Normalmente se espera que los más jóvenes aprendan de los más grandes, o de los de su misma edad. Sin embargo no siempre es así. Timoteo debia ser un ejemplo en su juventud para que la gente no lo tuviera en poco. incluso como lo vimos, en el trato a las personas más grandes que él.

Si usted es un hermano de mayor edad, se espera que haya humildad, la humildad necesaria para aprender de aquellos que quizá tienen menor edad. Y si eres jóven y el Señor te ha capacitado para enseñar a otros, también se espera humildad, en reconocer que es por la gracia de Dios que has sido capacitado para la edificación del cuerpo de Cristo.

Así que, la edad no debiera ser un límite cuando buscamos a alguien para discipular.

6. Diferentes a ti

Piensa en lo que Cristo hizo a través de la cruz (Ef 2:18). Piensa en lo diferente que eran esos primero miembros de la iglesia primitiva. Sin embargo el llamado de Dios para la iglesia siempre ha sido la unidad.

Es bueno que nos juntemos con grupos en los cuales tenemos cosas en común (Madres con hijos, madres solteras, matrimonios jóvenes, jóvenes mayores y menores). Pero también considera todo lo que puedes aprender trabajando con grupos diferentes, niños, jóvenes, de otros contextos sociales o culturales.

Es en la diversidad donde la multiforme gracia de Dios se da a conocer por medio de la iglesia.

7. Alguien enseñable

Recuerdo hablar con un hermano que me decia que él ponía a su hijo a leer Proverbios para que aprendiera sabiduría. Obviamente su hijo era un rebelde y no se sometia a sus autoridades. Y he escuchado a muchas personas referirse a Proverbios como el libro de los jóvenes. Dando la idea de que los jóvenes son torpes y necesitan la sabiduria que habla Proverbios.

Sin embargo los proverbios no son para personas que no les interesa Dios ni la Biblia. Capítulo 1 comienza diciendo para quiénes son los proverbios: «Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo». «Las piernas del cojo penden inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio» (Pro 26:7).

Mark Dever dice sobre este punto: «No debes pasar tiempo tratando de enseñar a alguien que piensa que no tienes nada que enseñarle, y que no tiene nada que aprender. Enseña al enseñable, e intenta ser enseñable tú mismo.

«Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Ti. 2:2).

8. Distancia y agendas

La Biblia nos llama a aprovechar bien el tiempo (Ef 5.16), cuánto más en el contexto del discipulado. Por eso de manera práctica sera necesario involucrarnos con personas que viven cerca de nuestra casa o que tienen horarios de trabajo o escuela que se ajustan a los nuestros para poder así invertir nuestro tiempo en esa persona.

Si intentas discipular a alguien que vive al otro lado de la ciudad, a quien no verias frecuenteente, será difícil poder dar un seguimiento.

Se sabio en el uso del tiempo. Muchas personas nos consideramos tan ocupados que no tenemos el tiempo para discipular a alguien. Eso es una señal de que nuestras prioridades estan en el orden equivocado y que debemos hacer algunos ajustes para ser bendición a otros.

Aunque estamos hablando de distancias y horarios, ten en cuenta que a veces Dios traerá personas a tu vida que no esperabas, para ser bendición; Como en el caso del buen samaritano.

CONCLUSIÓN

Estas ayudas prácticas nos ayudarán a delimitar y tomar una decisión sabia. Sin embargo como es una cuestión de sabiduría, recuerde que esto le servirá de poco si no está llevandolo delante de Dios en oración.

Mark Dever concluye diciendo: «asegúrate de que estás creciendo espiritualmente, y entonces ayuda a aquellos a tu alrededor a crecer. Ambas cosas son importantes y cada una contribuye a la otra».

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