La consejería es un discipulado más profundo. Si no eres un buen aconsejado, entonces no puedes ser un buen consejero. Todos necesitamos ser aconsejados, y todos estos términos describen la misma historia. Timoteo llegó una noche a buscar a Jesús buscando «consejería bíblica», la mujer samaritana también recibió la consejería de la boca del Señor. 2000 años antes, Jetro llegó con Moisés a darle confrontación y consejería Bíblica. Dos discípulos en el camino de Emaús iban en depresión, cuando el consejero de consejeros, fue cuando Jesús les explicó la obra del Hijo de Dios desde Génesis hasta los profetas.
Cuando estamos hablando, conviviendo y conversando, o cuando damos una consejería más formal, es sumamente importante que la Biblia ocupe un lugar en ello. La psicología ni el profesionalismo de la ayuda personal no es consejería. Hay algunos errores que cometen aquellos que no reconocen la autoridad de las escrituras en la consejería
Error 1: No reconocer las categorías
Salmo 1 Nos habla de las consecuencias de seguir nuestro propio camino. Muchos creyentes respetan el trabajo del mundo y ven la psicología en equivalencia con la medicina. Los vemos como profesionales que observan el comportamiento, analizan los pensamientos, etc. El problema es que atribuimos a esta «verdad» el valor de ser verdad de Dios y no distinguimos entre dos categorías.
Salmo 19 nos dice que los cielos y lo observable cuenta la gloria de Dios, sin embargo, lo que transforma el alma es la ley de Dios, de la cual habla la segunda mitad de este salmo. Una es revelación general y la otra es revelación especial. No es lo mismo.
Error 2: No reconocer la falta de información
Hay una falta de información en los profesionales, no reconocen la parte inmaterial que forma parte del hombre. El experto y profesional del mundo puede describir una depresión, déficit de atención, fobias, etc., pero no va a decir qué parte de esa lucha viene de la carne y del pecado. No han llegado al evangelio. La revelación especial nos muestra nuestro pecado y necesidad del Salvador.
¿Por qué hacen las personas las cosas que hacen? Porque las personas se fueron esclavizando a un hábito como resultado de un corazón pecaminoso hundido en el placer. La psicología no reconoce el corazón del hombre desde la parte espiritual. El pueblo de Dios necesita confiar en la Biblia como la fuente de la consejería. Los medicamentos ayudan con los problemas físicos, pero hay problemas espirituales que van más allá de lo físico.
Error 3: No hay diferencia entre la sabiduría de Dios y la del hombre
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