I. Las consecuencias inmediatas de la entrada del pecado a la vida del hombre
La actitud del hombre después de la caída es huir de la presencia de Dios e intentar cubrir su propia iniquidad. Cuando la actitud correcta sería el arrepentimiento, la confesión y acogerse a la misericordia de Dios.
Jehová toma la iniciativa de buscar al hombre (Gen 3:9-10) El hombre tiene miedo al oír la voz de Dios, la misma voz que le producía confianza y seguridad, ahora le produce miedo. Esta es la primera vez que el vocablo miedo aparece en la Biblia. La actitud de auto justificación y culpar a otros, Adán culpó a la mujer y culpo a Dios. Eva igualmente culpa a la serpiente y a Dios.
La sentencia divina por la desobediencia 3:14-19
El juicio de Dios es pronunciado primero sobre la serpiente.
La maldición divina sobre la serpiente es expresada mediante dos sentencias:
- Sobre tu pecho andarás. Es una frase que sugiere humillación. La serpiente se entregó al maligno, se convirtió en su instrumento y se exaltó por encima del hombre a quien Dios había designado como mayordomo en la tierra. Por lo tanto, Dios la condenó a andar todo el tiempo arrastrándose sobre su pecho.
- Y Polvo comerás todos los días de tu vida. Es decir, habrá una degradación permanente de su existencia. Ese aspecto del juicio divino se convierte en una figura del tentador y su condenación. Comer polvo es simbólico de derrota toral.
El castigo de la serpiente es correspondiente a la medida de su crimen. (Gen 3:15). Dios prometió dar a la mujer una simiente y, a través de la misma, destruir de una vez por todas la simiente del maligno.
Sobre la mujer, Dios pronunció tanto maldición como bendición. La maldición consistiría en el hecho de que el Señor multiplicaría los dolores de sus preñeces. La maternidad originalmente debía de ser un logro del propósito de Dios lleno de gozo y de felicidad, pero ahora estaría acompañado de dolor y de tristeza.
La justa represalia yace en aquella que busque dulces placeres en al acto de comer del fruto prohibido, no encuentra deleite sino dolor, ni gozo sino tristeza.
Observe que la maldición sobre el hombre parece ser más sobre el medio en el que vive que sobre sí mismo. La frase: “Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer”, es un reclamo de haber escuchado a ella antes que a Dios. El hombre fue creado para gobernar bajo la autoridad de Dios, pero él no solo se sometió a la voz de su mujer, sino que además esa voz era contraria a la de Dios.
La tierra que debía ser sometida a la autoridad de Adán ahora sería maldita por causa de su rebelión. La frase: “Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” describe la magnitud de su desobediencia.
Romanos 8:20. La maldición de la tierra implica que la agricultura se convierte en una tarea agónica para el hombre. Lo que debió de ser un deleite, se convierte en un arduo trabajo.
Eva, la madre de todos los vivientes (3:20-21). El nombre Eva significa “vida” o “viviente” y es un testimonio de la fe de Adán. Habiendo escuchado la promesa de Dios en Gn. 3:15, Adán concluyó que Eva sería la madre, no solo de toda la raza, sino de manera particular de la naturaleza humana de la simiente prometida.
Esta declaración sugiere que Adán había creído en la gracia de Dios. Adán había oído las palabras del protoevangelio en Gn.3:15 y las había creído. Evidentemente Dios sacrificó animales y con la piel hizo túnicas para reemplazar las hojas de higuera con la que el hombre y la mujer habían cubierto su desnudez. Necesitaban algo diferente para cubrir si vergüenza.
Adán y Eva son expulsados del huerto (3:22-24)
La declaración de Dios respecto de la nueva condición del hombre: “ahora es como uno de nosotros”. Es un cumplimiento parcial de lo que había dicho la serpiente. Pues el conocimiento del bien y del mal que el hombre adquiere solo es experimental y no como el conocimiento de Dios que es por su atributo de omnisciencia.
Dios es el único que sabe todas las cosas tanto fácticas como las posibles. En el sentido de conocer lo bueno y lo malo es que le hombre es ahora como Dios, pero nunca será igual a Dios.
Tristemente ha llegado a conocer el mal y no podrá evitar cometerlo, y aunque ahora conoce lo bueno es incapaz de hacerlo. Esto da lugar a la desgracia humana: Adán y Eva al igual que sus descendientes comienzan a experimentar una vida de miserias y fracasos que conducen a la perdición eterna.
La única posibilidad de liberación descansa sobre la obra de redención realizada en la cruz del Calvario cuando la simiente de la mujer, Jesús el Mesías, aplasta la cabeza de la serpiente de manera definitiva.
Solo mediante la fe en el sacrificio de Cristo el pecador puede ser librado de la muerte segunda. “Se ha hecho como uno de nosotros” es una frase que se atribuye a la trinidad, según el criterio de varios estudiosos de la Biblia. “Ahora pues que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre”
El árbol de la vida, poseía la virtud de impartir vida física permanente en el hombre si este comía de manera continua de su fruto. La desgracia de ese hecho hubiera sido que el hombre hubiera podido alcanzar la inmortalidad pero en su condición de pecador con toda la miseria que esa condición conlleva en sí misma.
El hombre no hubiese conseguido la razón principal por la que fue creado, es decir vivir en comunión con Dios. Sacó puede traducirse: Expulsó. En vez de tener los mismos privilegios y de ejercer dominio sobre la tierra, ahora Adán tiene que esforzarse labrando la tierra y estar a merced de lo que la tierra le dé para su sustento. De alguna manera el pecado ha convertido a Adán en un esclavo en lugar de señor.
La expulsión de Adán y Eva del huerto, no solo se limitaba al ámbito de lo físico, sino también de lo espiritual. La comunión entre Dios y el hombre fue resquebrajada.
El rol bíblico que vemos acerca de los querubines es: seres angelicales que están al servicio de guardia. Guardan de laguna manera la presencia del rey del universo. El arca del pacto era guardada por querubines. Solo a través del pacto puede restaurarse la comunión entre Dios y el hombre.
II. Las implicaciones en la historia de la humanidad
El juicio de Dios es pronunciado primero sobre la serpiente. El término “simiente” se usa en Gn. 1:27 con referencia a Abraham y a su descendencia. Ósea que el vocablo se usa tanto como en termino colectivo que incluye una comunidad de descendientes (Gn. 1:27; 13:16; 15:13), como un término individual, refiriéndose a un solo descendiente (Gn. 1:11; 4:25).
De modo que la promesa de que la simiente de la mujer estará en pugna con la simiente de la serpiente se refiere a la historia de las dos simientes y de la continua hostilidad entre el maligno y el elegido de Dios.
Mt.23:33 ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparan del juicio del infierno?
Juan 8:44 Ustedes son de su padre el diablo, y quieren hacer los deseos de su padre.
Él fue homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira. El practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.
Es importante observar que “la simiente de la serpiente” es una figura que se refiere a la humanidad rebelde que ha sido guiada por satanás a rebelarse contra Dios, y que se opone y desprecia a Dios. Es un grupo colectivo pero su cabeza representativa es el mismo satanás. “La simiente de la mujer”, por otro lado, señala a los escogidos de Dios en un sentido general.
La frase “Tu deseo será para tu marido” parece ser una acción taliónica, es decir medida por medida. La idea sería “Tu influiste en tu marido y lo hiciste hacer lo que querías; por consiguiente, tú y tu descendencia femenina estarán sometidas a sus esposos.
En su trato con la serpiente, Eva había procurado liberarse así misma del hombre, pero ahora llevaría la carga de su deseo por el hombre en sujeción a él.
Henry M. Morris: “La tierra que anteriormente cooperó de buen grado mientras el hombre la labraba y la cuidaba, ahora se ha vuelto reacia para producir su alimento. En su lugar comenzó a producir espinos y malas hierbas, exigiendo arduo trabajo, sudor y lágrimas para poder comer del fruto. Y finalmente, a pesar de todo el trabajo, la muerte triunfaría y el cuerpo del hombre regresaría al polvo del que fue tomado”.
Varios teólogos enfatizan que la narrativa de este texto proyecta un mensaje mucho más lejos y más profundo, pues se nota una clara lección acerca de la obra expiatoria. Pues hubo sacrificio y derramamiento de sangre (Hebreos 9:22).
Como lo es en la obra expiatoria de Cristo en la cruz. La sangre derramada en el Calvario por la muerte de Cordero de Dios es el único sacrificio que “quita el pecado del mundo”.
III. El gran desenlace
El juicio de Dios es pronunciado sobre la serpiente: El conflicto entre la serpiente y la mujer. También el término “simiente” se refiere a la simiente individual, es decir, al Señor Jesucristo. Observe la frase “él te herirá en la cabeza” es personal. Eso implica que la frase “…Y tú la herirás en el calcañar” también es personal.
El pronombre personal “tú” se traslada de “la simiente” al mismo satanás, porque la referencia se estrecha y se concentra en la persona del maligno. Así mismo los sustantivos “Cabeza y Calcañar” son individualizados. Se refieren a una cabeza en individual y a un calcañar en individual. El verbo traducido “herirá” yeshufekja literalmente significa: aplastar, triturar, demoler. Este verbo sugiere un acto final y fatal.
La segunda frase, “tú la herirás en el calcañar”, es otro verbo el que se utiliza para “herir”. Herir en el calcañar no es una herida de muerte, no es final ni fatal, como la de aplastar que es una herida mortal. Satanás hirió a Cristo en el calvario, cuando Jesús murió sobre la cruz para pagar el precio de nuestros pecados y al hacer esto, Cristo hirió la cabeza de satanás, porque por ese medio, Él hizo posible la redención para hombres y mujeres perdidos (Isaías 53:4-5).
En la cruz, la serpiente fue aplastada y la victoria de la simiente de la mujer fue final y total. Ahora espera el día de la consumación del plan eterno de Dios, cuando el Mesías regresará a la tierra con gran gloria y poder para ocupar el trono de David como el postrer Adán.
Génesis 3:15 contiene la más amplia promesa de redención, la serpiente y la mujer, hacen referencia a satanás y a Cristo en la lucha final por la posesión de las almas de los hombres. La victoria de Jehová Dios sobre el maligno es totalmente segura y Dios, en la persona del Mesías, aplastará al gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás. (Ap. 12:9-10)
El postrer Adán, es decir, el Mesías, vino para destruir el pecado y la muerte mediante su sacrificio en la cruz y su gloriosa resurrección. (1Co. 15:47-58). La creación presente está sujeta a vanidad e inutilidad en lo que respecta al propósito original de Dios. Cuando venga el Mesías, todas las cosas serán restauradas (Hch. 3:21; Habacuc 2:14).
“Porque toda la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”.
El postrer Adán haría el sacrificio final por el pecado y mediante ese sacrificio haría provisión para cubrir con su manto de justicia y vestidura de salvación a los redimidos.
Conclusión:
Tres clases de desórdenes aparecen en la vida humana como resultado de la entrada del pecado:
- En las relaciones personales, hay una enajenación y una brutalizacion del amor sexual, pasiones que a la postre asolarán la sociedad humana.
- En el ámbito físico el ser humano libra una terrible batalla por sostenerse diariamente.
- En la esfera espiritual el hombre ha sido expulsado del huerto y se convierte en un “enemigo de Dios” y en un “amigo del mal”
El pecado de Adán ha tenido cuatro grandes consecuencias en la esfera teológica:
- La culpa de su primer pecado ha sido imputada a toda la raza humana en virtud de que Adán ocupa la posición representativa de toda su posteridad delante de Dios.
- El pecado original esta adherido al hombre que ha heredado la naturaleza de su representante Adán, de modo que el pecado ha afectado todas las áreas de su vida: física, emocional, espiritual e intelectual.
- El hombre es totalmente incapaz de producir algo por sí mismo que le haga conseguir el favor de Dios.
- A causa de la caída, la raza humana está sujeta al castigo eterno, es decir a la muerte eterna.
La única solución para el pecador perdido es acercarse a Dios mediante aquel que derramó su sangre, es decir, dio su vida, para que todo aquel que en Él cree tenga vida eterna.