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    La prueba de Jacob

Rápidamente la escritura nos ubica en esta escena, resumiendo la circunstancia que Jacob tiene que enfrentar. Vemos que al igual que sus padres, la fe de Jacob también será probada. Dios trata con la fe para que esa fe sea perfeccionada y madurada en el conocimiento del Señor. Lo que vemos ahora será una prueba más a la vida de Jacob.

La hija de Jacob es abusada sexualmente. Se nos dice que Dina salió a ver a las hijas del país; dicha expresión podría parecernos, sin embargo, la expresión significa que salió a participar en una fiesta de los moradores de Siquem. Esta no era una fiesta inocente, las fiestas cananeas implicaban sacrificios a los ídolos y sexualidad. Dina tendría quince años aproximadamente, ella sabe que no debía formar matrimonio con los cananeos, y no era adecuado asistir a estas fiestas, sabiendo lo que implicaba todo ello.

La maldad de estos hombres estaba presente. Años más tarde, Dios iba a juzgar la maldad de los cananeos a través del pueblo de Israel.

Dios también iba a juzgar la inmadurez de Jacob. Aunque él ya ha demostrado que desea la bendición del Señor, pero todavía no es el patriarca que debe ser, que esté cuidando de su familia y estorbándoles para que el corazón de sus hijos no se incline a la maldad de los pueblos.

Dina es abusada sexualmente por aquel príncipe, hijo de Hamor. La palabra «deshonrar» se traduce literalmente «violar sexualmente». Esto causa que la mujer, su familia y el clan sean deshonrados. Génesis 34:3-4 Al estar en una fiesta donde hay perversión llegaron a cometer este pecado.

(Gen 35:5-7) Vemos la prueba de Jacob, enfrentando una circunstancia muy complicada. Él está pensativo por lo que acaba de suceder, Hamor y Siquem vienen para concretar una alianza. Siquem viene buscando la paz y le habla de darle tierra para que Jacob pudiera realizar sus negocios. Ahí está la tentación, Dios le iba a dar la tierra, pero no a través de las alianzas. ¿Qué va a hacer Jacob? Así como estos hombres venían en paz, el pecado es igual de sutil. Jacob tenía la tentación de hacer alianzas (Gen 34:10). Cuando se tomaba una esposa se daba una dote, y Siquem habla de aumentar los bienes (34:12).

La respuesta de los hijos de Jacob

Génesis 34:13-14 Ellos están actuando con astucia, aunque en parte era verdad, que no podían dar a su hermana a hombre incircunciso. Esta actitud engañosa es la misma que Jacob había tenido en su juventud. (Gen 34:15-17) Esta es la mentira, Dios no les había permitido hacer alianzas con pueblos cananeos. (Gen 34:18-27) Los hijos de Hamor no habían actuado correctamente. Aunque los hijos de Jacob tenían una tristeza legítima, el hecho de haber sido ofendidos por el pecado de Siquem les hizo sentir tristeza y enojo. El enojo por causa del pecado es legítimo, pero cuando el enojo va más allá se expresa de maneras inapropiadas.

Los hijos de Jacob debían esperar en el Señor. No actuar con engaño y con venganza de una manera desmedida. En Génesis 49:5, en la bendición de Jacob él reprueba lo que sus hijos habían hecho. Dios quería que su nombre fuera conocido en todas las naciones, pero no de esta manera. Génesis 49:6-7 Jacob está describiendo a sus hijos Simeón y Leví, su oración lamenta la ira de estos hombres.

Dios no necesitaba que Simeón y Leví tomaran venganza por Dina. Dios sabía cuándo iba a traer su juicio sobre los cananeos. Romanos 12:17-19 Dios nos llama a dejar lugar a la ira de Dios. Quizá nosotros no tomaríamos una espada, pero usamos palabras, actitudes, desplantes, etc. El Señor conoce nuestro corazón, y nosotros mismos sabemos cuándo actuamos de maneras más carnales para vengarnos y no dejar lugar al juicio de Dios.

Simeón y Leví también saquearon la ciudad, se convirtieron en ladrones (Gen 34:27-30). Ahora Jacob está en una prueba difícil, no sólo abusaron sexualmente a su hija, y ahora sus hijos ladrones y vengadores han provocado que él se haga abominable a los moradores de este lugar. Después de pensar con temor cómo enfrentar a su hermano Esaú, después de haber luchado contra el ángel, ahora se encuentra en la misma circunstancia contra los moradores de este lugar (Gen 34:30).

En ese momento se viene una amenaza a la promesa de Dios. El Señor había prometido descendencia a Jacob, y ahora los moradores querrían destruir a la familia de Jacob ¿Y qué de la tierra que el Señor les había prometido? Sin embargo, los hijos de Jacob estaban indignados y dijeron: «¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?».

La purificación de Jacob

Dios tiene un plan presente. Su plan de redención ni sus tratos para aquellos a los que ha llamado no van a fracasar. Dios va a transformar a Jacob, él sigue teniendo el control. Probablemente para Jacob todo se ha derrumbado, pero Dios sigue en control.

Jacob había hecho un voto antes de encontrarse con su hermano Esaú, y aún no lo había cumplido. Dios puso a Jacob nuevamente entre la espada y la pared para recordar la promesa que había hecho al Señor. Él había dicho que cuando él regresara, Dios iba a ser su Dios. (Ro 8:29) Dios llamó a Jacob, aun cuando lo vemos todavía con un carácter débil.

En Génesis 28:18-22 encontramos el voto que Jacob había hecho al Señor. Él está prometiendo que el Señor sería su Dios. Habían pasado 10 años y ahora Jacob estaba en paz, pero su corazón se había relajado espiritualmente y no estaba cumpliendo su voto, al contrario, lo que vamos a ver es que estaban llenos de ídolos y paganismo. La promesa de Dios para Abraham y sus descendientes es que él sería su Dios. Esto es parte crucial en la promesa de Dios, él quiere un pueblo para sí.

35:1-2 Gloria a Dios que Jacob entendió lo mal que había hecho, y que había un problema más grande en medio de todas sus circunstancias; el problema era la idolatría. Él cobra valor para quitar los dioses ajenos. Dios había elegido a Jacob como heredero, pero Jacob debía responder y arreglar lo más importante, el corazón de su familia.

Y podemos hablar de modestia o de cuidados prácticos para los jóvenes, pero no debemos centrarnos en lo externo, el problema más grande es la idolatría. Las acciones son el resultado de la idolatría de nuestro corazón (Deut 7:1-5). (1 Cor 10:14). Raquel había escondido los dioses ajemos cuando salió de casa de su padre. Y también esta es nuestra tendencia, ocultar aquellas cosas que amamos más que Dios.

Cuando Jacob hizo lo correcto, entonces Dios obró (Gen 35:4). Necesitamos tener cambios radicales, si hay algo que nos está robando nuestra adoración al Señor, debemos quitarlo rápidamente. (Gen 35:5) El Señor es fiel y está cumpliendo con Jacob al darle la paz que había prometido. (Gen 35:5-12) Dios le reitera el carácter como Dios omnipotente y afirma su promesa al cambiar su nombre a Israel.

Pero no queremos terminar con Jacob. Mucho tiempo después alguien vino al pozo de Jacob y ofreció agua de vida a una mujer. Jesús es el descendiente final que traería salvación a todos los pueblos. Jesús es el verdadero Israel y el cumplimiento del pacto y las promesas de Dios.

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