Search
Close this search box.

La visión humana en los procesos de cambio

El Libro de Jueces nos muestra un tiempo que a veces es confuso, difícil y oscuro. Por esta razón, algunos clasifican este tiempo como el “oscurantismo” de la historia de Israel. Y esta sección es desatendida por muchos. Pero desatender este libro, es desatender el hecho maravilloso del amor y la gracia de Dios, y como Él de una manera amorosa corrige a Su pueblo.

Lo que encontramos en cuanto al hombre en Jueces es deprimente; pero lo que hallamos sobre Dios en Jueces es maravilloso.

Un reconocido autor, menciona una acertada analogía sobre las dos perspectivas con las que se puede ver el panorama que esta frente a nosotros.

Una es la vista desde el volante de un auto, tras una fila de autos por una carretera. Y la otra es la vista desde un helicóptero.

La primera es una visión muy corta, limitada únicamente a lo que esta justamente frente a nosotros. Si el auto que se va conduciendo en frente de nosotros diera frenara de repente, se requiere tener buenos reflejos, pericia en la conducción y la prudente precaución para poder evitar un choque.

La segunda visión es bastante amplia, pues permite observar un panorama con una muy amplia ventaja, en donde se podría prevenir eficazmente, pues daría la oportunidad de juzgar qué camino tomar para evitar un embotellamiento y buscar una ruta despejada que nos pusiera fuera de peligro.

Ambas maneras de ver existen. Y pienso que todos quisiéramos tener la vista aérea que permite el control de los caminos, y un conocimiento panorámico para decidir con precisión. Pero solo tenemos acceso comúnmente, a la mirada desde un volante de automóvil y esto nos exige, tener una concentración asidua a los señalamientos, leyes y acciones que se desarrollan frente a nosotros para acertar en las decisiones frente al volante.

Dios si tiene una vista suprema, en donde controla el universo con verdad y rectitud. Él es omnisciente y todo sabio, y además es bueno, tanto que en su Palabra nos indica como es la vida, nos indica el carácter de los desafíos que podemos enfrentar, nos advierte de peligros, pero sobre todo nos insiste a confiar en Él.

Y la confianza en su soberanía, su control supremo en el universo, es un atributo que posee y por lo tanto podemos descansar en los designios de su voluntad, pues no solo está en control que esta es razón suficiente para nuestra fe, pero además, Él es bueno, por lo tanto podemos vivir en fe y también con gozo.

Vamos a ver en el pasaje a analizar las características de la visión humana en los procesos de cambio, es esos momentos cuando Dios llevó su pueblo de un lugar a otro, de una generación a otra y de circunstancias distintas a las que hasta entonces habían experimentado.

Proposición:

Puesto que nuestra visión terrenal está afectada por la corrupción de nuestro ser, necesitamos examinar como respondemos a los procesos de cambio.

¿Cómo respondió el pueblo de Dios, a estos procesos?

Con una Visión Distorsionada del Gobierno Supremo

Difuminando el Señorío Divino (V.1-2). Durante el periodo de los Jueces (el cual duro cerca de 340 años), no hubo un cargo permanente en el liderazgo de la nación. Israel no tenía rey, ni presidente, ni un primer ministro en la tierra – solamente Dios en el cielo. Pero en los tiempos necesarios y apropiados Dios sacó adelante a un líder para la nación. Por lo general, estos líderes se levantarían, harían su trabajo, y luego regresarían a la oscuridad. Esto requería que el pueblo de Israel mantuviera una confianza real y permanente en Dios.

«Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel hicieron esta consulta al Señor: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?»

«El Señor respondió: Judá subirá; porque yo he entregado la tierra en sus manos.»

Y Jehová respondió: Cuando Israel buscó a Jehová, Él los guio. Este es un patrón consistente a través del Libro de los Jueces. Dios nunca falló en librar y ayudar al pueblo cuando ellos le buscaban.

Sin embargo el Pueblo, era muy visual, y su vista era muy corta, Dios había dado instrucciones por medio de sus guías, y ahora lo estaba haciendo directamente. En realidad en ese tiempo no le faltó consejo a los hijos de Dios, pero si les falto poner a Dios en el lugar de Dios.

Su actitud de dependencia en líderes humanos, es la que dio paso a la monarquía, ya que fue una petición exigida con abierta rebeldía. Rechazando al Rey supremo.

(1Samuel 8:5-7)

El creyente contemporáneo al igual que el pueblo judío tiende a rechazar el gobierno divino de varias maneras.

Una de ellas es mediante el rechazo de las autoridades, y la otra es mediante la dependencia idolatra de ellas.

Una distorsión del gobierno supremo puede manifestarse también:

Dimensionando el Servicio Delegado (Humano)
Los libertadores nacionales de esta época no eran elegidos y no llegaban al liderazgo a través de una sucesión real. Pero tenían un don especial de parte de Dios para el liderazgo de sus tiempos, y el pueblo de Dios reconocía y respetaba ese don.

Dios está a favor de usar a personas y dotarlas con habilidades especiales, para llevar acabo los planes soberanos de su voluntad.

Cuando este libro utiliza el término de juez, no quiere decir que alguien se sienta en una corte y decide los asuntos legales; la palabra Hebrea shaphat tiene más la idea de un líder heroico. “La palabra Hebrea Shophetim se deriva de una palabra que significa hacerlo derecho, y así, para gobernar, y esto es exactamente lo que estos hombres hicieron.”

Pero en cada episodio en donde aparece un héroe de fe, la Biblia pone expone sus luchas, sus desaciertos y tristemente en algunos casos sus fracasos.

Cuando se observa el desempeño de cada juez mencionado en este libro, existe el anhelo desesperado de un Salvador perfecto, señalando así a Cristo. Señalando así a Dios.

Puesto que nuestra visión terrenal está afectada por la corrupción de nuestro ser, necesitamos examinar como respondemos a los procesos de cambio.

¿Cómo respondió el pueblo de Dios, a estos procesos?

Con una visión Desconfiada del Mandato Supremo (v.2)

Judá subirá: Dios señaló que la tribu de Judá – la tribu de la cual saldría el Mesías – debía de liderar el camino en esta batalla. Judá también era la tribu más grande y fuerte. En este caso, el plan de Dios tenía un sentido militar también.

Demostrando una Condición Espiritual Debilitada (v.3)
La debilidad de las tribus se reveló primero en el versículo 3, donde Judá pidió a Simeón que le ayudara en su situación local.

«Judá dijo a su hermano Simeón: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado y peleemos contra el cananeo; y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él.»

“Las tribus de Judá y Simeón eran hermanos de sangre (Génesis 29:33-35) y se representan de manera uniforme al actuar en una relación cercana.”

Ahora, a primera vista esta circunstancia parecía ser un buen indicio de colaboración entre Judá y Simeón, y lo fue. Pero, también fue un indicio de debilidad en la tribu de Judá, pedir ayuda a otra tribu para expulsar a los cananeos de su porción particular de tierra. Debían haberlo hecho ellos mismos, con la ayuda de Dios. Ahora como resultado, los cananeos nunca fueron completamente expulsados de aquella tierra.

Se hace mención de nueve de las doce tribus y su fracaso al no ganar una victoria completa en expulsar al enemigo. Las tres tribus no mencionadas son: Rubén, Isacar y Gad. Y se ha llegado a la conclusión de que ellos fracasaron de la misma manera.

Cada tribu se enfrentó a un enemigo particular. En este tiempo, la nación entera nunca combatió a un solo enemigo en especial.

Distraídos de los Importantes Propósitos Divinos
El pueblo de Israel se enfrentó a grandes obstáculos. Ellos estaban rodeados por personas que vivían en la peor terrible inmoralidad e idolatría, haciendo que esto fuera una tentación constante hacia los mismos pecados. Las vidas idólatras de los Cananeos que vivían alrededor de Israel estaban enfocados principalmente en tres cosas: dinero, sexo, y el tener una relación con Dios basado en mis términos, en lugar de los términos de Dios.

Y aún que en este pasaje, Judá experimenta una importante y gloriosa victoria, es en realidad más adelante en donde el Señor hace una evaluación de su obediencia.

Conforme fueron entrando al terreno cananeo, su lucha iba convirtiéndose paulatinamente en una tolerancia sutil, y posteriormente en una aceptación de sus ideologías culturales, paganas y religiosas.

Es importante meditar en como el pecado se transforma en un placer envolvente, al principio quizá existe resistencia a ciertas prácticas, pero una mente distraída de los asuntos divinos, de la Palabra de Dios, terminará dando la bienvenida a las cosas que Dios aborrece y que claramente son nocivas, pecaminosas y ofensivas a su carácter.

Nunca se debe pensar que somos inmunes a cualquier tentación. Somos bastante vulnerables.

Por eso las Escrituras nos advierten diciendo: “El que crea estar firme, mire que no caiga”

El ejemplo de los trepadores. Un matrimonio que se ministraban en una institución cristiana, se fue alejando de la iglesia por razones de trabajo, después comenzaron a hacer amistades mundanas, hasta que terminaron participando de toda clase de pecados que jamás pensaron llegar hasta ahí.

Puesto que nuestra visión terrenal está afectada por la corrupción de nuestro ser, necesitamos examinar como respondemos a los procesos de cambio.

¿Cómo respondió el pueblo de Dios, a estos procesos?

Con una Visión Desigual de la Justicia (V.4-7)

Devolviendo Por sí mismos el Precio de los Daños
Y no que este mal, que hayan castigado a su adversario de la misma forma que él lo hizo con otros, aun en eso Dios tiene el control de las cosas.

Hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres: El lugar que ellos conquistaron era llamado Bezec y el líder de esta ciudad era Adoni-bezec, el cual significa “Señor del Relámpago.” Este era un enemigo con un nombre temible, pero Judá y Simeón, no obstante, le derrotaron.

Su castigo hacia Adoni-bezec puede parecer cruel, pero vea que simplemente es justicia en el sentido más real. Él había hecho lo mismo a setenta reyes; y ahora le habían cortado los pulgares de sus manos y pies.

El castigo hizo que Adoni-bezec fuera inútil como guerrero; él ya no podía ser un problema para Israel como un militar. “Era la costumbre entre aquellos Romanos que no les gustaba la vida militar el cortarse sus propios pulgares, para que no fueran convocados al ejército. Algunas veces los padres cortaban los pulgares de sus hijos, para que no fueran convocados al ejército.”

Un erudito interpreta este hecho diciendo que: El Juicio de Dios a lo largo de la historia es entregar a las personas a las consecuencias de la vida que han escogido.

Desechando Para sí mismos el precio de los Daños
Este evento muestra la justicia divina, y debió haber impactado grandemente a los de Judá y al resto del pueblo de Dios. Era una excelente lección de las consecuencias que la crueldad y el pecar contra otros provoca.

A veces las personas pueden pensar que lo que han padecido por mano de otros, son asuntos olvidados y que no se obró la debida justicia por parte de las autoridades humanas.

Pero lo que nunca debemos olvidar, es que el juez justo aún no ha aplicado su veredicto.

Y que aun los creyentes, un día compareceremos ante el tribunal de Cristo. Y en algunos casos, podríamos ser juzgados aquí en la tierra.

De este principio tan simple que ocurrió con este rey podemos meditar en lo siguiente:

No juzgue, para que no sea juzgado, no trate a los demás, como no quisiera que le trataran. Perdone a quien le ha ofendido, porque no es probable, es seguro que usted también ha ofendido, y que acaso ¿no le gustaría ser perdonado?

Nuestra visión terrenal está afectada por la corrupción de nuestro ser, necesitamos examinar como respondemos a los procesos de cambio.

  • Busque la visión verdadera del Gobernante Supremo
  • Busque la visión de fe en los mandatos supremos, no dude.
  • Busque una visión correcta de la justicia suprema.

Compartir

Otros artículos

9 de Noviembre del 2014 | Ernesto Mendoza