¿Cómo podemos enfocarnos en las cosas del cielo?
1. Tenemos un gobierno celestial.
En este pasaje el apóstol Pablo está advirtiendo a los creyentes de la enseñanza de los falsos maestros. Ellos eran astutos al compartir sus ideas. Muchos se enfocadas en la su prioridad de la ciudadanía romana. Esta ciudadanía era una posición alta. Ser ciudadano romano traía muchos beneficios.
Sin embargo hay un gobierno superior, en este gobierno Cristo es el Rey. Que Cristo es Rey, no es cuestión de creerlo o decidirlo. Él es Rey y su voluntad es cumplida en aquellos que viven tomando decisión es por encima de lo terrenal. En este gobierno celestial, Cristo reina en nuestros corazones (Fil 3:4-9).
La experiencia de conocer a Cristo como rey es superior a cualquier otra cosa. Cuando Cristo se convierte en nuestro gozo y deleite todas las demás cosas pueden su valor en comparación a Cristo (Fil 4:8).
El ejemplo de la sumisión al Señorío de Cristo lo vemos en Pablo quien declara «mi Señor» (Fil 3:8). Si vida estaba marcada por el auto-sacrificio. En 4:17 (Fil 4:17) Pablo invita a las personas a imitarle. No es una actitud de arrogancia sino una seguridad de su integridad. La vida de Pablo estaba caracterizada por el auto sacrificio, pero también tenía un enfoque en lo eterno (Fil 4:8).
2. Tenemos un recurso celestial.
Mateo 6:6-10 ¿Quién de nosotros pediríamos «hágase tu voluntad cuando estamos viviendo en pecado? La oración nos ayuda a afinar nuestros deseos a los deseos de Dios. Esta oración pide que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra así como se hace en el cielo. Si en el cielo son felices y obedientes, nosotros debemos serlo en la alabanza y adoración.
A veces pensamos en el cielo como lo presentan en las películas, donde están todos descansando tranquilamente en su nubecita. Pero en el cielo hay mucha actividad. Alabar a Dios implica toda la energía del ser. En el cielo hay paz, así que nosotros debemos encontrar reposo y paz en Cristo.
Somos ciudadanos del cielo en la tierra, y debemos invertir en las cosas celestiales. Teniendo una vista celestial. Nada concebido en este mundo, fuera de Dios, podrá permanecer para siempre. Por tanto debemos discernir en dónde estamos poniendo nuestro enfoque. Somos ciudadanos del cielo que estamos de manera transitoria en la tierra.