9 de Noviembre del 2014 | Salmo 95 | Miguel de la Cruz
Cuando vamos a una fiesta es porque queremos celebrar algo. Y si perdemos el propósito de una fiesta, eso se vuelve en simplemente división.
Este salmo es un salmo festivo. Era una de las fiestas más importantes para los judíos. Se apartaban una semana para vivir en unos tabernáculo. Para los judíos esta fiesta hacia memoria del cuidado que había tenido Dios de ellos en el desierto. Cuando se celebraba la fiesta de los tabernáculo era una época de sequías. Esto rato difícil para un pueblo que dependía de la cosecha. Este Salmo entonces, debería animar al pueblo a confiar en Dios.
El libro de Salmos es el himnario de los judíos. Este himnario está dividido en cinco libros estructurados de tal manera que nos van contando la historia de Israel. El libro cuatro, que comienza en el Salmo 90, parece que fue escrito en el exilio. (Ps 90:13-14; 91:1-2; 92:4-5; 93:1; 94:1-2; 96:10-11;97:1; 98:1-2; 99:1)
Esto salmos nos hablan del regocijo que Dios produce. La prueba de que el creyente se regocija en Dios es adoración.
I. Adora al Dios que reina (Ps 95:1-7).
Cuando vemos que Jehová reina y que tiene el control, nosotros tenemos la posibilidad de adorarle. ¡Vengan! Es la invitación.
A. Una invitación generosa: Regocíjate en Dios. David está escribiendo este Salmo y esta invitando al pueblo a adorar. ¿Quién podría llegar hasta la presencia de Dios en el santuario? Únicamente el sacerdote. David como rey ni siquiera podía entrar al patio del tabernáculo. Pero David comprende que estar cerca de Dios es más que un rito, se trata de adoración.
Nosotros también podemos llegar a su presencia con u a actitud de adoración.
B. Una razón grandiosa: Entiende quién es Dios. (Ps 95:3.7) Nos está hablando de Dios como creador. El es el Señor y si nosotros somos sus ovejas Él es nuestro pastor. Él sencillamente es Dios. Y cuando respondemos quién es Dios podemos encontrar la respuesta a quién soy yo.
A veces llegamos a la iglesia y pensamos «yo soy buen cristiano» porque leo mi Biblia, vengo a las actividades y hago todo lo correcto. Pero esto no es adoración, sino que simplemente hemos cambiado de religión. Una religión que cree que podemos acercarnos a Dios por los ritos. No se trata de ritualismo sino de una relación. Una relación que entiende quién es Dios y quiénes somos nosotros. (Ps 95:7) Cuando entendemos quién es Él, deja de ser nuestro hacedor y llega a ser nuestro pastor. Él es el rey del universo pero tambien es el Rey de mi vida, mi hacedor y mi pastor.
Sin embargo hay una segunda opción…
II. Ignora al Dios que reina (7b-11).
Toda la creación está en la palma de la mano de Dios. ¿Y nosotros dónde estamos?
A. Una invitación generosa: No endurezcas tu corazón. (Ps 95:8) Este Salmo esta haciendo alusión a Éxodo. Éxodo 15 El pueblo de Israel se encuentra con aguas amargas en Mara y Dios las bendice. Éxodo 16 Dios provee maná y da instrucciones para que recojan lo necesario. Sin embargo Él pueblo no escucha a Dios. Éxodo 17 ahora el pueblo nuevamente tiene sed. Y después que Dios provee, Moisés da nombre al lugar llamándole Masah, esto es, prueba y rencillas. Ellos habían preguntando«¿está el Señor entre nosotros o no?».
Cuantas cosas hace Dios en nuestra vida y muchas veces decidimos ignorar a Dios a pesar de todas las cosas que Él hace por nosotros. Esta generación de Israel fue la que más vio las obras de Dios pero también fue la generación que más ignoró a Dios.
Si no entendemos quién es Dios, eso no cambia quién es Dios. Una evidencia de nuestro crecimiento es entender que Dios reina, no sólo en el universo sino también en nuestras vidas.
B. Una razón grandiosa: No ignores sus obras. El pueblo de Israel no sólo vio salvación sino muerte ¿recuerda a Coré? La obra de Dios se vio en muerte. Al considerar quién es Dios debemos entender que Dios reina. Y porque Dios reina, tú debes postrarte delante de Él.
¿Qué tiene que hacer Dios para quebrantar nuestro corazón y que vengámos delante de él?
Hebreos 1 (Heb 1:1-2) nos vuelve a decir que Cristo es creador y que él es sustentador. Y Heb 3:7-11cita el Salmo 95 y comienza diciéndonos que el que habla es el Espíritu Santo. Él es el que nos habla, ¿qué hacemos con lo que Dios nos dice? ¿Estamos adorando o estamos ignorando?
Hebreos 3:12:15 La solución a un corazón duro es una exhortación que anima a la unión del cuerpo (Heb 10:25).
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