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El mismo propósito, una perspectiva diferente

Para muchos de nosotros, el final y comienzo de un año representa una oportunidad para retomar nuestra disciplina espiritual. La principal de las disciplinas es la de la lectura de la Biblia. Es interesante que año con año parece que siempre hacemos la misma resolución: «Pasar más tiempo en la Palabra de Dios». Podemos reconocer que es algo en lo que fallamos incluso nosotros como pastores. Incluso si usted lleva muchos años en el cristianismo, uno de los retos más difíciles darle el lugar que la Biblia merece en nuestras vidas.

Quizás muchos podrán levantarse y decir: «Yo sí he terminado mi plan de lectura Bíblica» o «He leído la Biblia por lo menos una vez en este año». Pero siempre nos queda ese sentimiento de culpa cuando evaluamos qué tan efectivo ha sido para nuestra vida espiritual ese tiempo invertido en la Biblia. Para muchos la culpa vendrá cuando evaluamos cómo fue decayendo el tiempo que pasamos en la Biblia, desde principios del año a los meses siguientes. Quizás muchos se rindieron desde el primer trimestre del año y el resto de los días sólo se conforman con leer el pan diario o algún artículo de internet.

No importa cuál sea el lugar donde nos encontremos, evualuemos nuestras vidas en relación a la Biblia: ¿Has pasado el tiempo suficiente en la Biblia como para ser cautivado por ella? ¿Has utilizado el tiempo necesario meditando y gozándote en las verdades eternas de la palabra de Dios? ¿Has memorizado lo suficiente las escrituras como para que ellas se conviertan en un tesoro que ha sido resguardado en su corazon? ¿Te sientes satisfecho con el tiempo que le has dado a la lectura, meditación y memorización de las escrituras durante este año que está por terminar? Si la respuesta es no, este mensaje es para usted.

¿Qué es lo que está sucediendo?

Creo que esto tiene que ver con los tres archienemigos del creyente.

1. El diablo. «en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Cor 4:4). Satanás va a hacer todo lo posible para que usted la luz gloriosa del evangelio de Cristo. Él procurá mantenerle distraido, afanado por el dinero, preocupado por el trabajo, atareado con los quehaceres. De modo que usted puede decir al final del dia «hoy no tuve tiempo de leer mi Biblia».

2. El mundo. «Uno de los mayores usos del facebook será demostrar en el día del juicio que no era verdad que no teniamos tiempo para él». El internet, las redes sociales y el entretenimiento están enfriando nuestra pasión por Cristo y su palabra, tanto que llegamos a pensar que la vida cristiana y la Biblia son aburridas. Y nada puede estar más lejos de la realidad.

3. Nosotros. Aunque hemos sido redimidos, quedan aún en nuestra carne los vestigios de una antigua naturaleza. Una naturaleza que no ama a Dios y su Palabra, egocentrica, autosuficiente, engañosa y egoísta. Es por eso que debemos clamar al Señor por ayuda «Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley». Debemos clamar hasta decir con el salmista: «Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos». «Oh cuánto amo yo tu ley, todo el dia es ella mi meditación». Pero tenga por seguro, que desde muy temprano en la mañana, o hasta tarde en la noche, su carne no deseará a Dios.

He titulado esta enseñanza: «El mismo propósito, una perspectiva diferente». Porque creo que el propósito más importante que usted pueda hacer para este año es el relacionarse con Dios a través de su Palabra. Y es el mismo propósito que hicimos el año pasado, y el antepasado, y asi sucesivamente. Sin embargo, me gustaria proponer que el problema ha sido la perspectiva con la que hemos iniciado este plan el primero de enero. El propósito es el correcto, pero el plan es el problema.

Pero antes de entrar en el tema, permítame reiterar la imporancia que la Biblia tiene para nosotros. La Biblia es la única fuente del conocimiento de Dios. Ya no habrá un ángel, un sueño o visión para usted. «Porque Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo». Y la Biblia es la revelación perfecta del verbo encarnado. De modo que Juan puede decir confiadamente: «Si alguno dice que le conoce y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él» (1 jn 2:4).

También la Biblia es el principal medio por el cual el creyente puede recibir la gracia que necesita para la vida y la piedad. Es como intentar hacer prender un aparato cuando está desconectado. Por más que oprima el botón de encendido núnca va a funcionar. Y a veces asi vamos por la vida, intentando hacer funcionar nuestras vidas, nuestros matrimonios y hogares estando desconectados de la Palabra de Dios. Pensamos: «pero ya fui a la iglesia, ya di mi diezmo, ya estoy participando en las actividades, las misiones, el colegio, el instituto y cualquier otro programa habido y por haber», pero continuamos con el mismo desánimo y vacío espiritual. Seguimos enfrentando las mismas luchas contra el pecado y problemas en nuestra vida porque no estamos conectados a la fuente de gracia que nuestros corazones necesitan.

Una correcta relación con Dios a traves de su palabra es el mejor propósito que usted puede hacer porque todos los demás propósitos fluyen a través de este. Piense en cualquier deseo espiritual que un verdadero creyente puede tener para este 2018.

– Vivir en santidad: «Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad».

– Amar: «El que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor… En esto conocemos el amor… «.

– Vencer el temor

– Buscar sabiduría

– Valor para compartir el evangelio

Todas estas cosas vendran por medio de una correcta relación con Dios a través de su Palabra.

El mismo propósito, una perspectiva diferente. Quisiera proponer este nuevo enfoque para el 2018, que podamos «Casarnos nos la Biblia». Que no sólo tengamos citas esporádicas sino que sea una relación diaria 24/7.

En mi propio matrimonio he aprendido la importancia de pasar tiempo juntos. Pero no todo en el matrimonio son citas románticas.

Imagine lo que sería de mi matrimonio, si yo de vez en cuando invitara a mi esposa a una cena romántica, a tomar un cafe y pasar un tiempo juntos, y después de eso yo la dejara para continuar mis actividades hasta el siguiente dia cuando pueda volver a verla para tener nuestra cita especial. Sería ridículo, seguro que ese matrimonio acabaría en divorcio. Porque el matrimonio es más que pasar unos momentos especiales juntos 15, 30 minutos o una hora. Implica compartir la vida el uno con el otro.

Y el problema con los métodos de lectura de la Biblia por lo cual fracasamos, es que lo vemos únicamente como citas. Momentos de quietud, un tiempo a sólas con Dios, o en la presencia de Dios. ¿Y después? ¡Pum! continuamos con nuestras actividades diarias y no vuelve a suceder hasta el siguiente día o al tercer día, o en algunos casos hasta la siguiente semana que volvemos a la Biblia. Y también hay muchos otros cristianos ven el tiempo devocional de lectura Bíblica como una tarea qué cumplir para poder tachar el cuadrito y terminar su plan de lectura Bíblica anual.

Con esto quisiera aclarar que no estoy diciendo que un tiempo a solas con Dios, un tiempo devocional está mal. ¡No! al contrario, creo que es fundamental y complementario el uno con el otro. Así como una cita con mi esposa, platicar con mi esposa y estar a solas con ella va a alimentar y mejorar nuestra relación diaria. Así el tiempo devocional personal, a sólas con Dios debe alimentar nuestra comunión diaria con él. El problema es que nos hemos quedado estancados ahí, como lo acabo de mencionar, en momentos aislados de citas con Dios.

¿Cómo podemos casarnos con la Palabra? ¿Cómo podemos tomarla y llevarla a cada parte de nuestra vida? de manera que podamos crecer en la Palabra y vivir la Palabra.

I. Escuche la Palabra

¿Sabía usted que la Biblia fue escrita originalmente para ser oida? Dios deseaba que algunos hombres leyeran estas palabras a las multitudes.

Neh 8:2-3 «Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley».

Col 4:16 «Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros».

1 Ti 4:13 «Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza».

¿Sabía usted que se puede leer la Biblia completa en 71 horas (por las grabaciones)? Si en un año hay 8,760 horas, estaríamos dedicando menos del 1% de tu tiempo para leer toda la Biblia. Si descontamos el tiempo que dormimos, leeríamos la Biblia en 2.4% de nuestro tiempo (4 días).

Hoy en dia tenemos un increíble ventaja sobre otras generaciones. Vivimos en la era de la información, donde usted puede llevarlo todo en su teléfono celular. Existe una aplicación de la Biblia para celular y tablets llamada YouVersion, donde tiene la opción de escuchar la Biblia. También está la versión en MP3. Puede escucharla mientras hace los quehaceres de su casa, o cuando va de camino al trabajo o a la escuela.

Leer la Biblia es extremadamente necesario, pero no podemos estar leyendo constantemente la Biblia durante el dia porque implica usar el sentido de la vista, sin embargo, podemos escucharla y aprovechar el tiempo muerto que tenemos mientras caminamos por la calle o estamos tomando un descanso en el trabajo o esperando en la fila del banco.

Escuchar la Biblia es casárte con ella. Es llevar tu relación con la Palabra más allá de una simple lectura o un tiempo devocional aislado.

II. Medite la palabra

Jn 15:4, 7 «Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí… Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho».

Está hablando de atesorar la Palabra de Dios. Colosenses 3:16 «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros…», pero eso no sucederá si no memorizamos y meditamos en las palabras del Señor.

Desarrollar esta virtud nos lleva a otro nivel en nuestra relación con Dios y su Palabra. Nos transporta a un lugar donde no importa que usted no pueda leer la Biblia, o no la pueda escuchar, pero la Biblia seguirá estano ahi.

Cuando la Biblia permanece en nuestra mente y corazón, nos ayuda en dos aspectos importantes:

1. Nos ayuda a vencer el pecado. Sal 119:11 «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti». Y el ejemplo más claro lo encontramos en la vida del Señor Jesús quien tres veces confrontó las tentaciónes del diablo con la Palabra de Dios.

2. Nos ayuda a vencer el desánimo. Las promesas del Señor alimentan nuestra esperanza. Meditar la Palabra nos ayuda a afirmar nuestra fe en las promesas de Dios

Meditar la Biblia es casárte con ella. Es llevar tu relación con la Palabra más allá de una simple lectura o un tiempo devocional aislado.

III. Comparta la Palabra

Nuevamente, la tecnologia nos facilita esto. Es fácil compartir por internet y las redes sociales un meme, una imagen graciosa, un video interesante o cualquier otra cosa. ¿Y qué de la Biblia? «Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros» (2 Tes 3:1) La Biblia nos llama a no ser únicamente receptores sino retransmisores de la palabra. Volviendo al internet, podemos compartir una predicación, un articulo que hable de un tema edificante (Blog UCLA, Predicaciones IBE).

Pero no nos limitemos a las redes sociales, sino también a las redes más personales. Lucas 6:45 «El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca». ¿De qué hablamos? ¿de qué hablan los jóvenes? ¿De que hablan las hermanas? ¿De qué hablan los adultos? No quiere decir que estaremos citando versículos todo el tiempo, una conversación edificante está saturada de la gracia de Dios y del evangelio.

Comparta también la Palabra con los inconversos. ¿Sabe por qué no lo hacemos, y nos da pena halar de Cristo? Porque hay algo que no esta bien entre nosotros y la Biblia.

Compartir la Biblia es casárte con ella. Es llevar tu relación con la Palabra más allá de una simple lectura o un tiempo devocional aislado.

CONCLUSIÓN:

Como lo mencioné anteriormente ambas cosas son importantes y funcionan como un círculo energizante. Nuestro momento privado de comunión con Dios, y la comunión diaria con la Palabra de Dios. Mi tiempo de devcional personal a sólas con la Palabra va a alimentar la comunión diaria con Dios a traves de su Palabra. Y cuando aprendo a vivir la Biblia en cada aspecto de mi vida (escuchando, meditando y compartiendo), eso va a alimentar mi deseo de estar a solas con Dios a través de la Biblia, de modo que 15 minutos o 1 hora o 2 horas ya no serán suficientes para mi.

La lectura Bíblica pasará de ser algo que debo hacer (para completar un plan de lectura), a algo que mi alma desea necesita hacer. Podremos decir como el salmista «Anhela mi alma y aun ardientemente desea la presencia del Dios».

Que este sea nuestro propósito, el mismo propósito pero con un enfoque diferente. Que podamos ser fieles en nuestro momento de devoción personal a solas con Dios, pero no se limite a eso unicamente. Que su tiempo devocional personal pueda alimentar una comunión diaria con Dios a través de su Palabra. Leyendo la Biblia, escuchando la Biblia, Meditando la Biblia y Compartiendo la Biblia.

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