07 de Junio del 2015 | Jaime Escalante
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Cuando los fariseos preguntaba por el mandamiento mayor, es interesante que Jesús se enfoca en el escuchar: «Oye Israel…».
Toda la ley depende de este mandamiento. Es como cuando una piedra golpea en el agua y todas las ondas se ven en el agua por el golpe de la piedra. Toda la ley gira en toda la ley: «amarás al Señor tu Dios». ¿Qué quizo decir el Señor cuando dijo que le amaramos con todo nuestro ser?
Para amar al Señor necesitamos tener conocimiento de Dios .
El amor por Dios viene de un conocimiento acerca de Dios. ¿Cómo se produce ese amor? Jn 14:7 si no conocemos a Cristo no podemos conocer al Padre y no podremos crecer en nuestro amor por Dios. La medida de nuestro amor por Dios es nuestro conocimiento de Jesucristo (Jn 8:42). La prueba de amar a Dios es el amor por Cristo. Jesús enseño a los fariseos que la vida cristiana es amar a Dios y a Cristo.
Jesús nos da a conocer a Dios de una manera clara. Los judíos querían ver grandes obras y milagros cuando enfrente tenían la revelación más clara de Dios. Nadie puede amar a Dios y rechazar a Jesús. Jn 5:39 ¿A qué escrituras se está refiriendo el Señor? Al Antiguo Testamento. Todo apuntaba a una sola persona: Jesucristo.
Mat 11:27 Cuando nos acercamos a Cristo, él despierta amor por Dios. Cuando conocimos al Señor por primera vez, despertó un amor especial por Dios en nuestro corazón. Es esta clase de amor con el que debemos seguir amando al Señor. Esto es el centro de la ley y la vida cristiana.
¿Cómo quiere Dios que experimentamos ese amor? ¿Qué es lo que Cristo esta pidiendo cuando nos dice que le amamos con todo el corazón? Amar a Dios es ver y saborear la belleza y la grandeza de Dios. Amar algo no sólo es decidir amar algo, tiene que ver con los afectos. Si Dios no es hermoso para nosotros, algo debe cambiar en nuestro corazón. El amor a Dios no son acciones en esencia, es deleite.
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