Una familia escribió una biografía sobre la experiencia de haber vivido en tiempos de guerra. Esta familia intentaba administrar sus recursos que eran necesarios.

Un pastor dijo que los cristianos debemos vivir como en tiempos de guerra, donde el objetivo de nuestra vida no es algo material sino eterno. En estos tiempos la comodidad no es algo en lo que debemos enfocarnos. Es inevitable entender que estamos cada vez más cerca del fin, y estar preparados para el momento en el que seamos llamados a dar cuentas.

La palabra redimir significa rescatar o liberar algo que estaba cautivo. El consejo en este versículo es mirar cómo estamos viviendo, y de acuerdo a ese diagnóstico debemos rescatar nuestro tiempo. Los días malos se refiere a los tiempos difíciles, como la situación en la que estamos viviendo.

¿Cómo podemos aprovechar el recurso que Dios nos ha dado del tiempo?

1. Analizar nuestro andar

Poner atención y sentido reflexivo a cómo estamos viviendo. Hay dos maneras en las que una persona puede vivir, como un necio o como un sabio. El envío no piensa en el mañana, pero el sabio hace un uso adecuado como mayordomo del recurso del tiempo.

¿Cómo debe ser nuestro andar? (El 4:1, 17) andar es la manera en la que nos conducimos, el creyente debe andar como es digno del Señor (Ef 5:2). Un cristiano debe andar en amor, andar en luz y no en la vanidad de su mente (Ef 5:8, 15). Vemos el contraste sobre el necio y el sabio en el libro de Proverbios (Prv 3:35, 10:1, 8, 14).

Todos los hombres nacemos como necios y la necedad está pegada, añadida al corazón del muchacho. Romanos 1:18 nos habla de los hombres que profesando ser sabios se hicieron necios al no tener en cuenta a Dios. Pero un creyente puede estar luchando con una independencia de Dios, usando los recursos sin tener en cuenta a Dios. La característica de un necio es alguien que vive como si Dios nos existiera.

Lucas nos habla del hombre que había construido graneros y se prepara para disfrutar de ellos, pero se le llama necio porque no tenía en cuenta los planes de Dios. ¿Cómo estamos utilizando nuestros días? Debemos analizar nuestro andar.

2. Renovar nuestro andar (Prv 1:7)

El hombre sabio es el que teme a Dios, en contraste al necio que no tiene en cuenta a Dios ¿qué es lo que nos caracteriza? La manera en la que usamos nuestros recursos nos da una evidencia de cómo estamos viviendo, eso va a hablar más de lo que nosotros digamos.

Algo que sucede en nuestros días es que los personas cada vez más le pierden el temor a Dios. Los creyentes no podemos quedarnos mirando lo que sucede. 1 Corintios 1, Efesios 5:8, Nos enseña que la característica del creyente es vivir bajo la sutilidad de Dios, que seamos consecuentes con el conocimiento que tenemos de Dios.

En Mateo 7 encontramos el ejemplo de dos hombres, uno construye sobre la arena y otro sobre la roca. Al venir los ríos y las lluvias la casa sobre la arena cayó terriblemente. Por tanto, la persona que oye y hace caso se le compara con. Un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca ¿Dónde has edificado tu casa? ¿Es oidor únicamente o hacedor?

Colosenses 3:16, Efesios 5:18 Nos exhorta a cultivar nuestra vida espiritual en la Palabra de Dios, tenemos que aprender a pensar cómo el Señor. Una vida de obediencia no se logra por accidente. El creyente es desafiado a pensar y vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Esta es la marca de un sabio.

¿Cómo redimir el tiempo?
1. Ejercite su mente con la Palabra de Dios. Hacer algunas acciones es repetitivas e intencionadas, rechazando pensamientos ociosos.
2. Planee actividades de edificación en su agenda. Usando recursos que podemos tener a la mano para ayudar en nuestra fe.
3. Dedique tiempo en la oración.
4. Manténgase en comunicación con otros creyentes que le ayuden a fortalecer su fe. No sólo para tener conversaciones generales sino pláticas con personas que puedan ayudarnos.
5. Registre lo que Dios le está enseñando en la semana.

Debemos ser sabios y tener precaución en estos días. Nuestro fin es darle la gloria viviendo como sabios.