Porque Dios es juez y misericordioso, nosotros debemos exponer nuestras faltas con sinceridad y arrepentimiento delante de él. Cuando una persona confiesa es porque entendió que hizo algo malo. La confesión es ver las cosas como Dios las ve.
Pablo siempre está interesado por aclarar y afirmar la fe de los hermanos en Tesalónica. Y en su corazón él ora por ellos intercediendo delante del Padre celestial.