Los salmos son poemas, alabanzas a Dios, algunos de ellos pueden ser estridentes y alegres, pero David abre su corazón y también escribió sobre el dolor que había en él. Como el salmista en la vida del cristiano hay momentos en los que seguramente nuestra fe se ha visto socavada.
Y preguntarías ¿realmente Dios me escucha? Pero debemos recordar que porque Dios es tu refugio tú debes acudir a Él.
1. Porque Dios es tu refugio tú debes recordar las maravillas de las cuales gozamos.
Para entender el refugio debo entender primero quién es el Refugio. Salmo 27:1 Jehová es mi luz: la luz produce seguridad en donde se carece de ella. Jehová es mi fortaleza y gozas de quién es Él.
Salmo 27:1-3 El salmista inicia este salmo de una manera eufórica, porque sabe que Dios es su Refugio y en Él puede estar confiado. Salmo 27:4 La fuente de gozo está en la presencia de Dios.
2. Porque Dios es tu refugio tú puedes exponer tus peticiones a Él.
David expone peticiones (v.7-11) a Dios que haga para con él: Óyeme, guíame, respóndeme. También pide a Dios que le guarde, diciendo: No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo, no me dejes ni me desampares, no me entregues a la voluntad de mis enemigos.
3. Porque Dios es tu refugio tú debes esperar en Él.
Salmo 27:13-14 Qué hacer mientras se está esperando: Aguarda a Jehová, esfuérzate y aliéntese tu corazón
Conclusión:
Un elemento esencial para la vida cristiana es la fe, ¡fe en que Dios no te va a desamparar, fe en que Dios te va a responder! Dios desamparó e ignoró a su hijo en la cruz, para que por medio de Él tú y yo tengamos descanso en Él. Es gracias a esa misericordia reflejada en Cristo que nuestra oración llega hasta tu presencia. Porque Dios es tu Refugio, tú debes acudir a Él.