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Un nuevo comienzo, un mismo propósito

¿Valdrá la pena edificar y sembrar? Pudiera haber sido una pregunta legítima para Noé y su familia. Pero vemos dos cláusulas en el pacto de Dios con Noé.

1. Dios se compromete a mantener la estabilidad en la naturaleza

Primero, Dios se compromete a mantener la estabilidad en la naturaleza (Gen 8:22). A pesar del cambio dramático en la naturaleza por causa del diluvio, el Señor se compromete en su fidelidad a mantener estable el ciclo de la naturaleza. Dios se compromete a seguir siendo providente.

Cuando vemos este compromiso de Dios, podemos regocijarnos en el cuidado de Dios. Cada vez que amaneces y experimentamos frío o calor, recordamos el juicio de y la providencia de Dios. Aunque escuchamos sobre un cambio climático o escaches en la provisión de alimentos, la realidad es que seguimos experimentando día con día la bondad de Dios.

2. Dios reitera su mandato de multiplicar la raza humana

Segundo, Dios reitera su mandato de multiplicar la raza humana. Este mismo mandato fue dado a Adán en Génesis 1:18. Génesis 9:1, 7 este es un mandato expresando dentro del pacto de Dios con Noé. Dios está reiterando su propósito a pesar del nuevo comienzo, Dios no ha cambiado de planes por la maldad del hombre. Dios no puede fracasar en su plan.

¿Por qué manda Dios al hombre a multiplicarse y llenar la tierra? Dios creo al hombre a su imagen y semejanza. Llegó a ser como Dios con la responsabilidad de representar a Dios en la tierra. Aunque el hombre experimentó la caída y fracasó en su papel como representante, ahora hay una imagen distorsiona. Sin embargo, Fios sigue reiterando su propósito de que el hombre represente la imagen de Dios.

Como seres humanos tenemos ciertas características de cómo es Dios. La inteligencia y cierta bondad. La razón por la que Dios quiere que el hombre se multiplique es que su gloria sea extendida a través de toda la tierra (Sal 72:19, 19:1-2).

El plan del enemigo siempre ha sido pervertir la sexualidad de tal manera que se distorsione la imagen de Dios. El plan de satanás siempre ha sido obstruir el plan de Dios.

Este mismo mandamiento se repite en la misión que Jesús da para la iglesia, cuando llamo a sus discípulos a ir por todo el mundo y predicar el evangelio. Él quería que se multiplicaran los discípulos semejantes a Cristo. Por eso Dios honra el matrimonio, ya que a través de eso Dios trae la bendición de la reproducción.

3. Dios confirma el dominio humano sobre los animales

Y el tercer punto de las cláusulas del pacto de Dios con Noé, es que Dios confirma el dominio humano sobre los animales (Gen 9:2-4). Dios le había dado también a Adán el dominio sobre los peces del mar. Y más adelante vemos en los reyes como el gobierno humano siempre termina en fracaso, pero Dios promete a través de Jesucristo, un gobierno justo y perfecto que dominará eternamente y para siempre (Dan 7:9-14).

No podemos esperar un gobierno justo en este mundo, porque no hay un representante perfecto de la gloria de Dios, únicamente Jesucristo.

Aunque Dios da estos privilegios y libertades al ser humano, Dios hace una provisión, la de comer animales junto con la sangre. En la sangre de los animales Dios establece un principio fundamental de vida, que la vida de los animales está en la sangre, pero señalaba la importancia de la sangre como un medio de expiación por el pecado de tal manera que apuntaría a la entrega del Señor Jesucristo en muerte por nuestros pescados.

Esta prohibición se reitera nueve ocasiones en el Antiguo Testamento. Pero también es interesante que se reitera dentro de las prohibiciones que los apóstoles toman en concilio en ahechos 14 donde mandan indicaciones a las iglesias gentiles e indican que se abstenga de fornicación, de sacrificio a los ídolos y de ahogado y sangre. Ellos ven la trascendencia de este mandamiento aún a la iglesia del Nuevo Testamento. Aunque la iglesia ya no está bajo el antiguo pacto, se recalcan estas prohibiciones.

Estas prácticas estaban muy ligadas a las costumbres paganas. Aunque tenemos libertad, mi convicción en este punto es que el plan de Noé es un plan que está vigente, no fue sustituido con el Antiguo Pacto. Lo podemos ver en el hecho de que disfrutamos de la providencia de Dios en los ciclos y las estaciones.

Debemos tener en mente el valor que Dios le da a la vida y al sacrificio de Cristo.

4. El establecimiento de la pena capital

La cuarta cláusula es el establecimiento de la pena capital (Gen 9:5-6). Dios le da la autoridad al hombre, delegando al gobierno humano la autoridad para que ellos puedan realizar el castigo capital. En Romanos 12 vemos también este principio expresado.

Dios lo hace porque el ser humano venía de un mundo de extrema violencia. Los primeros lectores de Génesis fue la segunda generación que entró a la tierra prometida. Cuando ellos leen, entienden que Dios les está delegando esa forma de gobierno. En Santiago 3:9 Dios reitera la causa de este juicio tan severo ¿Por qué Dios pone una pena capital? Porque el hombre es hecho a imagen de Dios.

Delante de Dios, tanto hombres y mujeres tiene la misma dignidad, los dos son creados a la imagen de Dios, y cuando atentamos contra la dignidad del hombre, estamos tentando contra Dios. Que no nos sorprenda por qué hay tanta violencia en nuestra sociedad. La pena capital es establecida para frenar la violencia.

Otra situación es la cuestión del aborto ¿es homicidio el aborto? Pero el homicidio se define en la acción de matar a otra persona, es un delito contra la vida humana. Pero surge la pregunta ¿Quién define el momento en el que una vida humana puede ser considerada digna de protección? Al observar el desarrollo de un bebé, observamos vida.

Otro argumento es que la mujer puede decidir sobre su propio cuerpo. Pero la vida humana es el bien jurídico supremo y trasciende el derecho de la privacidad. Es absurdo pensar que el feto sea parte de su cuerpo como un riñón o el páncreas. ¿Cómo puede el hombre llegar a estas conclusiones? El corazón afectado de la humanidad le lleva a estas conclusiones.

Que cada uno de nosotros estemos comprometidos con la obra de Dios. Ayudando a que la imagen de Dios sea reproducida en otras personas.

5. Dios promete no destruir la tierra con agua

El quinto elemento del pacto es que Dios promete no destruir la tierra con agua. El pacto de Noé trasciende con Israel y la iglesia (2 Pe 3:7). Como señal de este pacto, Dios pone la señal del arcoíris ¿Quién es el hombre para que Dios haga un compromiso con el hombre? Dios había prometido un salvador y él no fallaría a su palabra porque es justo y fiel. Dios se compromete con Noé y el hombre a no destruir la tierra con agua.

Las palabras y compromisos de Dios son tan gráficos para darnos seguridad y convicción de su palabra, poniendo la señal del arcoíris que nos recuerda la bondad de Dios que nos permite trabajar la tierra, disfrutar de su creación y multiplicarnos. Deleitémonos en la gracia y la bondad de Dios.

Hoy en día el gobierno humano está en declive en sus principios morales (2 Pe 3:7). La maldad no va a triunfar, Dios va a traer fuego consumidor contra el mundo impío que no se convierta al Señor. Esa es la esperanza que tenemos los creyentes, que, aunque podemos sufrir temporalmente por la maldad de este mundo, Dios un día traerá su juicio perfecto y sus propósitos eternos serán cumplidos.

Que esa sea nuestra esperanza y convicción.

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