El Señor Jesús cumplió la promesa del consolador, enviando a su Espíritu que está con nosotros en la lucha espiritual. Dios nos ha provisto su Espíritu para hacer lo que no podemos lograr en nuestras propias fuerzas.
La manera de corregir lo deficiente es establecer ancianos. Difícilmente se puede tener una iglesia si no está bien gobernada por un grupo de ancianos piadosos.
La desilusión y el desánimo no es algo
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