1:1-2:5 narra la conquista parcial tribu por tribu esencialmente desde el sur hasta el norte, y concluye con un evento (2:1–5) que explica por qué la conquista no fue más completa.
La frase entonces subió Judá, encabeza la sección de 1:4–21, sobre las conquistas en el sur de Canaán. De semejante manera 1:22–36, acerca de las conquistas en el norte, comienza con “también los de la casa de José subieron”.
Proposición:
“El triunfo en la vida cristiana no consiste en el éxito de un solo evento ni de una sola época. Cada día, existe el desafío de ganar o perder. Sin embargo, avanzar en obediencia y fe en el escuadrón del Todopoderoso, es ir en pos de la victoria.”
¿De qué manera se vive una victoria en decadencia?
I. Cosecha de Fidelidad Imperfecta
Israel al principio es fiel, aunque imperfecto. (Capitulo 1:3; 17)
A. Cosecha con una fructificación importante (v.8-10)
Hay un énfasis en que Jehová estaba con Judá (v.4; 19). Aquí se declara que Jerusalén fue tomada por Judá, pero evidentemente no la retuvieron por mucho tiempo. Los jebuseos obviamente volvieron a ocupar Jerusalén cuando los benjamitas intentaron adquirir su territorio. De hecho, los jebuseos permanecieron allí hasta la época de David, cuando éste conquistó la ciudad, 2º S. 5:6-9.
La conquista de Hebrón fue un acontecimiento muy importante en la historia de Israel. Hebrón, que significa literalmente “asiento de asociación”, era la morada de Abraham y Sara.
Después fue dado a Caleb como su herencia, y como Caleb siguió al Señor fielmente, Nm. 32:12. Caleb era de la tribu de Judá, Nm. 13:6 por lo que probablemente fue el comandante del ejército de Judá. Hebrón habla de la herencia de aquellos que son fieles. Años después, el rey David reinó durante siete años y medio en Hebrón antes de tomar el monte Sion, la herencia final y la morada de Dios
B. Cosecha con una fertilidad inminente
Los israelitas primero tomaron la región montañosa. Las colinas al pie de la montaña que quedaban entre la región montañosa y la costa, fueron la escena de la guerra continua entre Israel y los cananeos. Cuando los israelitas se establecieron en la tierra prometida, estaban sujetos a la influencia y las tentaciones de la religión cananea. Era una religión degradante, y muchas veces a los israelitas se les olvidó su pacto con Dios en el monte de Sinaí. Cayeron en la idolatría y en la apostasía y fueron derrotados muchas veces.
El pueblo de Dios se volvía cada vez menos fuerte.
¿De qué manera se vive una victoria en decadencia?
II. Contribución de Familias a Imitar (v.11-16)
En el registro de las primeras victorias, el narrador se enfoca en una familia espiritualmente valiente en Israel: La familia de Caleb. “La familia de Caleb es, en miniatura, todo lo que Israel debía ser”. V. 11 Debir, significa “la ciudad del libro”. Algunos piensan que era una ciudad donde se congregaban escritores. Otra posibilidad es la existencia de una biblioteca en ese lugar.
A. Contribución con una fe intrépida
Otoniel gana a Acsa conquistando tierra para su pueblo.
Lo que Caleb quiere para Acsa es la vida que él ha escogido para sí mismo: una fidelidad al pacto, de obediencia osada en respuesta a las promesas de Dios
B. Contribución con un fuerte impacto
Acsa se presenta al principio del libro como una mujer israelita ejemplar. De hecho, no solo Acsa, sino también Otoniel y Caleb, se presentan como ejemplares, en contraste con las relaciones familiares, matrimoniales y sexuales a través del libro.
Por la iniciativa de Acsa la pareja recibe de Caleb tierra y fuentes de agua (1:14, 15).
“Él la persuadió” Desea disfrutar de la bendición de la tierra, asentándose con su nueva familia, y eso es completamente legitimo. Disfrutar de lo que el arduo servicio ha producido de manera personal y familiar, si se disfruta con una gratitud en el corazón, honrando al Señor.
Caleb, Otoniel y principalmente Acsa, muestran el discipulado entusiasta e incondicional.
En este sentido, ellos y los quenitas, parientes lejanos de Israel, que no obstante, acompañaron a los de la tribu de Judá, hasta el desierto de Judá. Representan una amonestación al resto del pueblo.
“La improbable y el extranjero” (Una mujer y los quenitas) son los que muestran una e real y radical.
¿De qué manera se vive una victoria en decadencia?
III. Condición de Faenas Inconclusas (v.17-18)
Si el capítulo 1 terminará con el versículo 18, sería un cierre exitoso, pero sigue después versículo 19.
A. Condición de falsa impotencia (v.19)
Judá no confía en el poder de Dios, mide su propia fuerza y recursos con la de sus enemigos.
El sentido común, ejercido sin fe, comienza a prevalecer. Es un discipulado ejercido a medias.
(Jueces 2:1-2) Jehová califica la obediencia de su Pueblo y revela, no una impotencia, no una incapacidad, sino una desobediencia.
El no puedo, es una excusa común por el hombre para justificar sus pecados, y desde luego es invalida ante Dios.
Timothy Keller, menciona los 3 no puedo más comunes de creyentes en desobediencia:
1. No puedo decir la verdad, eso lastimaría a muchos.
2. No puedo perdonar, por mil pretextos, el dolor fue profundo, la forma de arreglar cuentas, no fue la adecuada, la persona que ofendió aun no se ha arrepentido, etc., etc., etc. Solo es un pecado justificado. Pero delante de Dios sigue siendo muy responsable.
3. No puedo resistir esta tentación, es más fuerte que yo. Aunque es verdad que es difícil lidiar con la tentación, no se nos recomienda luchar solos contra ella. Sino hacerlo en el poder de Dios.
B. Condición de fracaso infeccioso
Los de la tribu de Benjamín fracasaron en que no lograron expulsar a los Jebuseos. Aprendieron las debilidades de los más fuertes.
El ejemplo que los adultos dan a los jóvenes, tienen serias repercusiones.
La manera en que las familias cristianas antiguas, se expresan, se dirigen, se comportan, establece un precedente de conducta a los nuevos.
¿Cómo estas enseñando a los demás?
¿Es tu familia un hogar donde se habla del evangelio de Cristo? ¿O es un centro donde se habla de los hermanos de la iglesia?
Sin el evangelio, siempre seremos complacientes con el pecado o viviremos bajo una carga de culpa.
Conclusión:
Los combates más grandes, son los que se enfrentan en el corazón. Solamente el grande y poderoso en batalla, puede doblegar aún la más obstinada voluntad.